Viajar es una experiencia extraordinaria, ya que nos permite descubrir sitios de toda índole, que más allá de las bellezas naturales nos acerca a conocer sus habitantes, sus formas de vida, entre otros tantos aspectos.
Pero si a lo que, en esta oportunidad nos referiremos, es al Estado más pequeño del mundo, pero a la vez lo que representa por si solo, tiene un significado muy especial por varias circunstancias.
Se trata del Vaticano, el único país declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en su totalidad, que en sus 44 hectáreas alberga alrededor de ochocientos habitantes. Pero hay algo significativo, a ese lugar se lo conoce como la Santa Sede, es que allí reside el Papa, desde donde se rige la vida espiritual de los mil doscientos millones de católicos que hay en el mundo. Sin embargo existe algo más, particularmente para los argentinos, el actual Pontífice, que es el numero 266 nació en la Argentina y decidió llevar el nombre de Francisco de Asís, el santo que se caracterizó por sus votos de pobreza y austeridad.
Haber tenido la posibilidad de dialogar, conversar, observar sus movimientos en espacios reducidos o ante multitudes, nos permitió comprobar que este Papa de hoy no dista de aquel cardenal Jorge Bergoglio, que fuera Arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina. Dichos que recogimos cerca de él, nos cuentan que ha tenido expresiones como que quiere una Iglesia alegre y jovial.
Cuando pudimos conversar con Francisco, en tres oportunidades, nos hizo sentir su humildad y a la vez la espiritualidad que uno percibe.
Se ubica como un predicador, siendo un líder mundial más allá de las circunstancias y ajeno a las luchas políticas. Fijo su impronta al residir en el lugar donde siempre habitaba cuando viajaba al Vaticano, la residencia de huéspedes Santa Marta, ubicada dentro del Vaticano. En las recorridas por el interior de este Estado pequeño en sí, pero grande por lo que significa pudimos interiorizarnos que allí existen un periódico –el famoso L´Osservatore Romano-, una radio y un centro televisivo, un supermercado, un banco, una farmacia, un correo, etc.
Cuando participa de las audiencia públicas, los días miércoles, lo hace de pie en un vehículo –“papamóvil”- al que le hizo sacar los cristales laterales, para sentirse más cerca de los peregrinos. En nuestras visitas al interior mismo, nos permitió conocer el museo, que nos hace recodar años de historia, que nos sitúa que el Vaticano es la piedra angular y espiritual de la cristiandad. Por si solo es uno de los lugares turísticos más visitados, en el mundo, estos miles de turistas y peregrinos, viajan a conocer la Basílica de San Pedro y su plaza. Deslumbra poder observar de cerca parte de la obra del escultor, arquitecto y pintor italiano Miguel Ángel. Una de ellas es La Piedad, expuesta y protegida por un cristal antibala, en la Basílica de San Pedro. Otra obra maravillosa son los frescos que decoran la bóveda de la Capilla Sixtina. También nos maravilló otra obra suya, la cúpula de la mencionada basílica, que con sus 132 metros de altura sobresale en la edificación de la cercana Roma.
El Vaticano por si es todo lo que el arte y la espiritualidad reúnen, mientras que en la cercana Roma, la capital de Italia, hay aspectos históricos turísticos de renombre, que al visitarlos, como el Coliseo, las Plazas Navona, del Popolo, de España, del Campo dei Fiori y la Fontana de Trevi.
Como no emocionarnos, cuando le recordamos en nuestra reciente visita al Papa, su presencia en Chimpay, en la Provincia de Rio Negro, cuando se dio un paso singular hacia la santificación de Ceferino Namuncura. Le manifestamos que en la Patagonia y en la Argentina esperamos su elevación a santo, y nos miró sonriéndonos y nos abrazó. A lo mejor es un anticipo de su próxima llegada a los altares. Cuando finalizamos los encuentros con Francisco, siempre manifiesta una frase conocida de él: “recen por mí”.
Este Papa argentino, que manifiesta no tener juicios sobre las personas o sobre los políticos. Que quiere saber cuáles son nuestros sufrimientos, y siempre preocupado por los más pobres y excluidos.
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