Napoleón Duarte, un veterano y experimentado Ministro de Turismo, nos invitó a compartir la presentación de la nueva campaña de pueblos encantadores. En esta primera ocasión, fue seleccionado Suchitoto, más que una ciudad. La designación de “pueblo encantador” implica un conjunto de atributos tangibles e intangibles que la distinguen como tal.
En El Salvador existen productos autóctonos por los que el país es conocido, uno de ellos el añil, líquido a partir de semillas, de un intenso color azul, utilizado tradicionalmente para el tinte de tejidos artesanales, desde épocas ancestrales.
Entre la oferta de ocio, destaca el “chucho aguacatero” (perro mestizo), una muy conocida discoteca.
El conjunto de la oferta turística de la ciudad conforma un encanto nacional, una fórmula segura de conquistar al viajero curioso.
En lo gastronómico, el Salvador tiene una amplia oferta de “tortillas” y “pupusas” (de maíz) que se sirven rellenas de interesantes ingredientes de la producción nacional,
Un pequeño país, un gran corazón, abierto a los visitantes de todo el mundo.
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