Es bueno dejar pasar unos días después de Fitur. Es tanta la aglomeración mental de recuerdos, sensaciones, novedades, encuentros que llenan nuestra cabeza, que conviene dejarla reposar para meditar y rememorar esos momentos.
La tecnología estuvo muy presente este año. A la entrada, podíamos hacernos fotos, poniendo nuestra cada a unos muñecos virtuales. En la foto, el de la derecha soy yo. Un sistema audiovisual que combinada la imagen de fondo con nuestra cara. La imagen se movía al ritmo de nuestros brazos. Un recuerdo de lo que en el futuro será normal, hoy aun una novedad.
Fitur ha sido una visita anual que siento no debo perder, y que no suelo perderme. Es el momento de encontrarse con los amigos de la Unión Iberoamericana de profesionales del Turismo. Una asociación con presencia en casi todos los países de América Hispana. Aprovechamos Fitur para encontrarnos todos, y compartir una cena de confraternización.
Algunos países reaparecieron después de ausencias sufridas. Ecuador tuvo un stand importante, con presencia de un buen número de empresarios y entes turísticos regionales. Nuestros amigos de Zaruma expusieron sus novedades, promocionando sus minas de oro turísticas visitables. Una experiencia memorable.
Multitud de conferencias y novedades digitales. Pero lo mejor es siempre poder contactar con los amigos y colegas de la profesión, cara a cara, sin pantallas ni cables, contando las historias de siempre, nuevas anécdotas, y mucha amistad y compañerismo.
Con todos los avances tecnológicos, estrechar una mano amiga, siempre es necesario, casi imprescindible....
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