Muchos establecimientos hoteleros españoles hacen honor a la calidad de la experiencia de sus instalaciones recordándolas como remansos de paz. Sin embargo, muy pocos o casi ninguno de los que han hecho fama con su quietud pueden decir con orgullo que sus instalaciones tienen casi mil años de esa tradición de intimidad y de recogimiento.
Lo puede decir con toda propiedad el Monasterio de Piedra de Zaragoza, reconvertido hoy en un delicado hotel con spa gracias a una reciente y cuidada reforma que lo ha convertido en el Monasterio de Piedra Hotel & Spa.
La reforma ha permitido integrar magistralmente las salas de pasos perdidos y de oración de los antiguos monjes en un entorno interior perfecto para encontrarse a sí mismo, para hallar descanso y relax y una oferta terapéutica para la salud a la misma altura. Todo, en el marco natural de uno de los espacios naturales de Aragón más conocidos y populares.
El Spa
Una de las cosas que más impresionan del spa recién acondicionado es el juego de luces de las piscinas termales en el entorno cerrado y abovedado de las galerías del monasterio que se han acondicionado. Eso y la espectacular reverberación del sonido del agua del spa en las bóvedas del siglo XII que cierran las galerías por arriba. Ese sonido, que recuerda a los de cuevas de manantial, forma parte de la grata experiencia en el spa. Una experiencia sensitiva, abierta a todos los sentidos.
El circuito spa del nuevo monasterio del agua incluye una piscina dinámica, un cuello de cisne, una cascada habilitada para la recuperación de la zona cervical y un sugerente volcán de aire. Las instalaciones se completan con una piscina de agua fría, un frigidarium romano; con una piscina cromática de aguas nebulizadas; con un hamman, una sauna finlandesa y con un espacio reservado para el relax que cuenta con tumbonas terapéuticas con caldeados regulados.
El establecimiento ha incluido también cabinas para masajes y tratamientos más específicos a base de aceites, de sustancias aromáticas y con envolturas.
El Hotel
El hotel ocupa una superficie de unos 500 metros cuadrados de un edificio, por derecho propio, monumento protegido de interés artístico. Cuenta con 62 habitaciones que para mayor gloria de la experiencia en el monasterio, son las mismas estancias que en su día ocuparon los monjes de la orden cisterciense que lo vivieron.
Unas celdas monacales redecoradas siguiendo la tipología de los interiores de las casonas aragonesas tradicionales, pero que se han actualizado con el confort que ha de tener un hotel de la categoría del Monasterio de Piedra Hotel & Spa.
El establecimiento cuenta, además, con un jardín antiguo de diseño romántico, con un salón para actividades comunes, el de don Gaufrido, que recuerda a las viejas salas medievales y una sala más denominada `El granero´, habilitada como espacio de descanso y para actividades lúdicas.
Como se ha apuntado, el Parque del Monasterio de Piedra forma parte de la red de espacios protegidos de la Comunidad de Aragón. Desde el hotel, y como complemento a cualquier estancia activa, se ofrecen rutas de senderismo con diferentes niveles de dificultad y excursiones para conocer el patrimonio enológico de la comarca o su arte mudéjar.
Una de las habitaciones del Hotel Monasterio de Piedra
En noches propicias, desde el Rincón del Poeta, se puede disfrutar de las lluvias de estrellas. Para los aficionados al golf, el hotel tiene concertadas unas instalaciones de gran nivel y con 18 hoyos en el Augusta Golf de Calatayud.
Todo un lujo de oportunidades para encontrar actividades relajantes, descanso, recuperación física y mental y salud entre aguas termales y naturaleza.
Monasterio de Piedra Hotel & Spa, una devoción para los sentidos.
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