Las empresas y empresarios del turismo español se están dando cuenta ahora de una nueva/vieja contestación social hacia un cierto tipo de turistas y de turismo, fundamentalmente en algunas ciudades, playas y zonas rurales. La alarma está dada. Este malestar, según los expertos irá en aumento en la sociedad española.
Esto no es nuevo ni en España ni en otros países. Los que tenemos memoria y años, podemos recordar la posición de la iglesia y las autoridades del régimen anterior ante las turistas en bikini en nuestras playas. Las homilías y arengas desde el púlpito eclesiástico, todo es pecado, nuestras costumbres culturales y la moral cristiana, serán cambiadas por el mal ejemplo de los turistas, así como las ideas políticas de los barbaros del norte que ponen en peligro el “movimiento”. Una pequeña historia vivida personalmente en este contexto, paseando por la calle con mi mujer-los dos en pantalón corto- nos paró un cura y la gran bronca que tuvimos que soportar por ir de esa forma escandalosa y provocativa.
Ahora la contestación social española va por otro lado, la masificación de ciudades y playas está irritando y cabreando poco a poco a los autóctonos, vómitos de los borrachos, basuras y fiestas incontroladas, masificación y aglomeraciones de calles, subida de alquileres de apartamentos y pisos, aumento de la inseguridad, destrozos del patrimonio cultural y natural, bajos salarios y un largo etcétera que recogen los medios de comunicación poco informados y alarmistas.
La sociología del turismo-esa asignatura con poca presencia es los estudios de turismo- tiene muy estudiado los aspectos positivos y negativos que tiene el turismo con su presencia en los destinos. Posiblemente los responsables políticos y empresariales no tienen bien estudiados estos aspectos o no les importa mucho. El área de RSC de las empresas turísticas suelen actuar mal y tarde. El negocio es el negocio y punto.
Pero en un mundo global y en pleno siglo XXI, las sociedades y los pueblos- aun los más atrasados, necesitados y pobres- están sensibilizados e informados de los beneficios positivos del turismo, y por supuesto de los negativos. La alarma está dada. El malestar está ya en la sociedad española y en otras sociedades. Pues eso.
Ahora comienza la temporada alta del turismo español, estudiemos los acontecimientos.
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