Como empresarios, como líderes de opinión, o como simples habitantes de una Ciudad Turística tan importante como Cancún, como partes de un polo de desarrollo tan significativo como el Estado de Quintana Roo, cuesta trabajo y se hace difícil cuestionar las inversiones futuras o poner en duda sus eventuales beneficios. La inversión y el desarrollo fomentan la competitividad y generan empleo entre otras cosas, además de que la infraestructura siempre es bienvenida; sin embargo es necesario cuestionar y cuestionarnos de manera autocrítica, hasta donde más desarrollo turístico es sano y sustentable. ¿Hasta donde debemos crecer ?...
¿Qué tan preparada está la ciudad y su entorno, para recibir más obra hotelera y desarrollos condominales ? ¿Cuál es el límite de capacidad de carga para la zona hotelera, la laguna, el manto freático?...
¿Hasta donde puede un gobierno municipal dar más servicio a la zona turística de manera eficaz y satisfactoria?
Esas y muchas otras preguntas deberían poder responderse a cabalidad antes de recibir con aquiescencia el anuncio de nuevos proyectos hoteleros y obras de gran envergadura para la Zona Hotelera de Cancún y eventualmente para algunas otras zonas de la Entidad.
Empecemos por oferta, demanda y mercado. Actualmente, nos guste o no, se vive en Cancún una suerte de sobre oferta. Los hoteles no están llenos a su máxima capacidad y por primera vez en muchos años, empiezan a tener que reducir tarifas para afrontar todos los retos actuales de sobra conocidos y analizados; si bien no estamos en una crisis, y las ocupaciones siguen siendo muy respetables, aún quedan cuartos vacíos. Las plataformas vacacionales como el AirBnb, se suman a la oferta y siguen creciendo cada día. Y por si fuera poco se suman decenas o cientos ya de particulares, que con o sin plataforma digital, con o sin seguridad, ponen su casita con piscina y aires acondicionados en renta para turistas de todos los tipos, edades y mercados geográficos.
En segunda instancia, analicemos un poco el impacto ambiental. Se anuncian nuevos y grandes proyectos, pero como siempre muy poco se tiene en cuenta el enorme impacto al medio ambiente, los ecosistemas y la afrenta contra la tan mencionada sostenibilidad.
Muchos desarrollos se llevan a cabo implicando devastadores procesos de tala sin medida, de una agresión salvaje a nuestra selva, de un ataque frontal a los ecosistemas, sin que existan en absoluto en muchos casos, procesos serios de reforestación con bases científicas en donde se consulte a los mejores para re sembrar lo mejor y más conveniente, sin analizar ni conocer cuales son las plantas y árboles nativos ni cuáles las mejores prácticas. Muchos desarrolladores, simplemente compran cualquier planta, cualquier árbol, contratan jardineros y emprenden lo que según ellos es “reforestación”, sólo para cumplir con alguna normatividad sin una verdadera conciencia ecológica y de auténtica cultura de sustentabilidad. En ese sentido Cancún y la Riviera Maya, ya no dan para más. Tendría que cambiarse el modelo de fondo para seguir desarrollando, hoy se hace impunemente y con una total falta de conciencia y de respeto, ante la complicidad de las autoridades.
Finalmente como tercer aspecto de alto impacto, habría que analizar la capacidad y eficiencia de los Gobiernos Municipales para atender las necesidades de un nuevo grupo de demandantes, que está compuesto por una parte por los futuros huéspedes de esos desarrollos y por otra por los recursos humanos. Un desarrollo de miles de cuartos, genera miles de huéspedes y miles de colaboradores que demandarán servicios eléctricos, de agua, de recolección de basura, de seguridad, de movilidad, servicios todos que son insuficientes o deficientes en las condiciones actuales; hoy Cancún y Riviera Maya están rebasados en todos estos servicios y ante esta deficiencia, resulta irresponsable por decir lo menos, plantear la idea de nuevos desarrollos monumentales.
El discurso político, como el del Secretario Federal de Turismo por ejemplo, siempre va en el sentido de que las inversiones demuestran la confianza del sector en México, demuestran también la confianza en el gobierno y fomentan la generación de empleos y el desarrollo, entre otras trilladas frases, pero lo que debe analizarse en verdad a fondo es si se cumple o no con esas tres condiciones, aquí relatadas;
Oferta, demanda y mercado; el entorno es propicio ?
Medio ambiente y Sustentabilidad ; se respeta en verdad y se piensa en las próximas generaciones ?
Servicios Públicos ; tenemos recursos y gobiernos preparados ?
¿Desarrollo o moratoria ?
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