imagen de cabecera: paisaje con panes
En la primera parte de esta reflexión, mencioné los 9 poderes que controlan el mundo. Estos poderesestán interconectados permanentemente por el dinero. Este último es como la sangre que en el cuerpo humano alimenta, dinamiza y mueve los principales órganos, en este caso hace lo mismo con los nueve integrantes del tablero de poderes que controlan el mundo.
La sangre que mueve al mundo se llama por lo tanto dinero (riquezas). Esta sangre, dinero, al igual que la real tiene varios tipos, los lícitos A, AB+, AB-, etc. y el tipo universal “O”. Este tipo “O” que bombea el corazón de los poderes, es muchas veces de origen ilícito y producto de la corrupción, el narcotráfico, las drogas, el sexo, las estafas, la extorsión y cuantas otras formas de generación hay en el lado oscuro e inmoral de las actividades humanas. Su tipo “O” es universal porque de alguna forma circula en la banca, los negocios financieros, inmobiliarios y otros, en la política, venta de armas, transportes y muchos más, es decir, en casi todo.
El corazón de los poderes lo forman las empresas, los gobiernos, la banca, los políticos. Los componentes de la sangre son los trabajadores, las materias primas, la tecnología, el conocimiento. La fuerza que mueve el corazón, que bombea el dinero, la sangre en sentido figurado, son las energías renovables o no renovables, los medios de comunicación, las redes sociales, las religiones, y el poderío militar. La interacción entre todos estos jugadores o poderes son los acuerdos, manejos y manipulación con los que controlan el mundo según intereses y opciones en su beneficio. Muchas veces estas acciones las realizan sin considerar valores, derechos humanos, e inclusive acuerdos mundiales, considerando solo los riesgos, los equilibrios y poderes de las armas de cada bando en juego, antes de actuar. Para controlar a los siete mil y más millones de habitantes del planeta se utilizan religiones, teorías políticas, la educación y todos los medios de información, entre otros medios, para que los humanos aceptemos sus decisiones, consumamos lo que nos dan, sigamos sus instrucciones, no tengamos pensamiento crítico y/o análisis y reflexión, seamos borregos dóciles a sus decisiones y métodos que utilizan.
Hay un despertar de la humanidad y esto preocupa a los poderes, mientras más libertad y pensamiento crítico, más difícil les será controlar el mundo. El dios dinero se enfrenta al Dios de las religiones y a los dioses de las teorías políticas y eso, combinado con las fuerzas de la naturaleza, crea una sensación y percepción mundial de incertidumbre. Todos los grupos de poder de los jugadores del tablero lo conforman elites de seres humanos que detentan un enorme poder, son un número humano mínimo comparado con la población mundial y esto es muy grave. Pocos cientos deciden el futuro de miles de millones de seres humanos.
Por ello mientras más y mejor educado y formado seas, y manteniéndote continuamente actualizado, usando tu pensamiento crítico, tu libertad de pensar, incontrolable por terceros, tendrás más posibilidades de sobrevivir con menores afectaciones sumándote a los millones que buscamos vivir en paz y felicidad, respetando las diferencias y defendiendo nuestra libertad.
Hay ciertos signos de encuentros entre las distintas élites y posiciones mundiales. Cito un ejemplo, los procesos en China que aceptan empresas mixtas, (estado e inversión privada), así como acuerdos de libre comercio y sus inversiones en todo el mundo con su dinero, y así mismo los Estados Unidos y Europa, podríamos decir el mundo occidental, invierten también en China, en igual forma, intercambiando tecnología y procesos. Ese equilibrio de jugadores y poderes puede funcionar en dos formas, o ayuda a mantener los equilibrios mundiales, o empeora en dos formas: confrontando hasta llegar a las armas o uniendo intereses de las elites y controlando al mundo, llevándolo a la destrucción de libertades y muchas transformaciones más para controlar la población mundial, entre otras cosas.
El tiempo lo dirá.
Ver Perfil y/o Contactar al Autor
Otros Artículos del Columnista
