Nadie en nuestro planeta es ajeno al incremento de los desastres naturales en todos los países y continentes. Su incremento, fuerza y frecuencia, es como un grito desesperado de la Tierra para decirnos ¡basta! Me están matando y con ello lo están haciendo con todos los seres vivos, para terminar suicidándose los humanos.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, nos da las siguientes cifras: “2.100 millones de personas carecen de agua potable en el hogar y más del doble no disponen de saneamiento seguro.” Como resultado, 361.000 niños menores de 5 años mueren cada año a causa de la diarrea.
Los objetivos para mejorar y cambiar estas cifras en mejores resultados serán, según mi criterio, muy difíciles de lograr. Pues por un lado contaminamos más nuestras fuentes de agua con todos los desechos y químicos que generamos, y luego pretendemos purificar esas aguas contaminadas con mayores recursos económicos y menores resultados ante la creciente población. Es un círculo vicioso.
Con los gritos desesperados del planeta (desastres naturales) que no atendemos ni entendemos, la situación irá a peor. Ciudades destruidas y sus plantas potabilizadoras, sus centrales eléctricas, sus líneas de distribución en todos los campos, al igual que las de comunicación destruidas y afectadas, sumadas a los países afectados por conflictos armados, guerras, crisis económicas y sanitarias, proyectan un desalentador futuro.
Mientras logramos algunos avances y resultados positivos en ciertos países, vemos como perdemos en otros por las razones antes expuestas.
En el libro de Ervin Laszio, Presidente del Club de Budapest, titulado “Tu puedes cambiar el mundo”, manual ciudadano global para lograr un planeta sostenible y sin violencia, nos dice: ….como individuos ir más allá de una era donde la autoridad y la responsabilidad estén en manos de estados nacionales, grupos étnicos y religiosos, a una en donde el individuo es lo más importante. Visionamos una -era de lo individual-, no en el sentido de egoísmo, sino una era en la que el individuo esté dispuesto a aceptar su responsabilidad y llevar a cabo su misión como un miembro independiente de la raza humana.
Cada uno de nosotros deberá cumplir nuestra gran misión…”
La misión que debemos asumir es la de amar que es dar, ayudar, cuidar, colaborar, renunciar, enseñar, pensar, perdonar y usted, amable lector, amplíe las acciones en su lista personal, para proyectar su vida con visión global para salvar nuestro planeta y sus habitantes, con la conciencia tranquila, pues supo actuar y evitar destrozar nuestro planeta y crear cultura, pensamiento y comportamiento responsable de todos los que formamos la humanidad que habita y desarrolla el planeta Tierra.
Concluyo con dos frases del sabio chino Chuangtzu:
“El cielo, la tierra y yo vivimos juntos y todas las cosas y yo formamos una unidad indisoluble.”
“El amor es de todas las pasiones la más fuerte ya que ataca al mismo tiempo la cabeza, el corazón y los sentidos”.
Para más información sobre: “Declaración para toda vida sobre la Tierra de la Goi Peace Foundation” ver:
https://www.goipeace.or.jp/en/about/vision/
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