Si no fuese por lo dramático del caso, la cosa sería para sonreír. Pareciera que en estos momentos todo el mundo es un técnico en turismo. Aparecen personajes – seres extraños, llegados de otros mundos - que jamás hemos visto en ninguna palestra tratando del tema, y otros, que, aunque siempre han estado en ellas, nunca se han ocupado del turismo, como no sea para sacarle su provecho personal. Triste y lamentable cuando los más connotados dirigentes políticos del mundo, es ahora cuando han venido a darse cuenta de valor que tenía este bendito movimiento mundial de personas para su mantenimiento en el poder.
Se mire como se quiera mirar, han destrozado y arruinado a medio mundo con unas “medidas preventivas” precipitadas e insólitas, falta de los estudios correspondientes, en las que no se ha tenido en cuenta para nada las espeluznantes consecuencias de las mismas… y no nos referimos solo a su aspecto económico – impresionante, nunca jamás visto – sino las repercusiones sociales que ya asolan a toda esta parte del mundo supuestamente en peligro de contaminarse con algo que produce una alteración leve en la temperatura corporal, y una ligera tos seca ¿?.
Lo curioso del caso – si no fuese dramático, insistimos - es que aparezca esa caterva de personajes que aludimos en nuestras primeras líneas, arrogándose unos conocimientos que no tienen ni de lejos. En primer lugar, por que no han estudiado para ello, y en segundo lugar – quizá el más importante – porque nunca han visto el movimiento turístico en la verdadera dimensión del mismo: el instrumento existente mas importante para conseguir la paz mundial, junto con aquello que tenemos circulando por el mundo desde hace mas de 100 años que son los principios de Rotary Internacional: el conocimiento mutuo… la buena fe como norma en los negocios y en las profesiones… el aprecio a toda ocupación útil… la inteligencia, la buena voluntad y la paz entre las naciones… unidos por el ideal de servicio… la comprensión…
En este escenario aparecen toda esta serie de “entendidos” robándose las primeras páginas de los medios informativos con su visualización de la tragedia que ha suscitado esta horrible circunstancia, algunos con las mas ridículas opiniones que, como decimos, si no fuese por lo dramático del tema, serían para partirse de risa empleando expresiones vulgares.
Se lleva la palma el presidente del “desgobierno” de España cuando dice que “volveremos a la normalidad”. Que se lo cuente al presidente de la pequeña y mediana empresa de Tenerife que dice que mas del 20% de su comercio no volverá a abrir las puertas después de que acaben las “medidas preventivas” que ha impuesto el sistema de alarma del gobierno español. O se lo pueden contar también al presidente de los hoteleros de toda España que ve que “los buitres” aprovechando la horrible situación económica a donde nos ha llevado sus erradas, torpes, desgraciadas decisiones, se pueden apoderar del aparato empresarial que sustenta la actividad turística española, como es su planta hotelera.
Hechos y realidades indignantes que vivimos en esta confinación que todavía no nos hemos podido explicar, ya que sus índices de contaminación persona a persona, no los hemos visto por ningún lado. Es más, el caso del hotel de Tenerife, con más de 1000 personas alojadas arrojó un matrimonio aquejado de la enfermedad del Covid-19; se curaron y se fueron tranquilamente para su casa, y no hubo ningún tipo de contaminación con nadie. ¿Milagro? Es posible, si de verdad existiesen.
Seguiremos con nuestros comentarios que es lo único que nadie puede controlarnos, o al menos no lo han podido hacer hasta ahora, pese a los varios intentos que han hecho, incluso empleando lo que llaman justicia ¿?
Seguimos. Servir es mi ocupación… mi vocación.
Publicado en DIARIO DEL VALLE, TENERIFE, ISLAS CANARIAS. ABRIL, 12-20
Otros Artículos del Columnista