No solamente comienza un nuevo año, en exactamente dos meses dará inicio una nueva administración en el gobierno nacional y luego de tres períodos (15 años), ingresarán autoridades de signos diferentes, y singularmente en el Mintur, las tres primeras jerarquías representarán a tres partidos políticos diferentes: Germán Cardoso el ministro, pertenece al Partido Colorado; Remo Monzeglio el Subsecretario al Partido Nacional, e Ignacio Curbelo, Director General de Secretaría, a Cabildo Abierto. Es hora entonces de dar una mirada a la coyuntura, analizar el panorama que van a encontrar y ¿por qué no?, tratando de responder cinco preguntas que no pocos se hacen, allá vamos.
1 - ¿Qué deja el FA?
A pesar de lo que seguramente muchos estiman, quizás influidos por el relato oficial, el sector llega a estas instancias en uno de sus peores contextos. En los últimos tiempos se ha concretado el cierre de más de una docena de hoteles, también muchos restaurantes y las empresas directamente relacionadas al turismo receptivo, sufren una de sus más difíciles etapas institucionales. Hacemos esta precisión para situar al lector y no para endosarle a la fuerza política de modo exclusivo este resultado, pero, aunque suene paradójico, lo señalamos para desmentir drásticamente el reiterado relato triunfalista expresado a través de los medios por las actuales autoridades como verdades reveladas.
La administración saliente ha errado dramáticamente su objetivo, equivocando de modo poco creíble el enfoque. Ha dilapidado esfuerzo y recursos económicos voluminosos en el Turismo Social, actividad que no le corresponde, ya que lo social es área del ministerio de Desarrollo; y en el Náutico y fluvial, embarcándose en un faraónico proyecto (para el tamaño de la secretaría y de nuestro país) denominado Corredor de los Pájaros Pintados, construyendo terminales fluviales para recibir embarcaciones (también construidas por ellos) que no funcionan y para transportar supuestos turistas que no existen. Con el Turismo Social, luego del estruendoso fracaso del encare del primer período (2005-2010) el Mintur se convirtió insólitamente en operador turístico, función que no le compete y que está en cortocircuito con la actividad privada. Con el Corredor de los Pájaros Pintados el único resultado tangible es de un impacto tan negativo como preocupante: ha relegado, ha condenado al silencio, al ostracismo, a la marca más exitosa del turismo uruguayo, al único destino que había logrado la desestacionalización, el Destino Termas.
Por último, deja un empresariado silencioso, temeroso de actuar gremialmente y de expresarse públicamente, para no exponerse a represalias que son un secreto a voces.
2 - ¿Para un destino turístico es mejor la cantidad o la calidad?
Venecia, Barcelona, Amsterdam o el cercano Machu Picchu, entre otros, han iniciado desde hace mucho tiempo acciones para depurar el flujo turístico y denuncian no exentos de angustia, la Turismofobia. Marbella, en su momento Acapulco (aquejada además, por el narco) o la cercana Mar del Plata, sufrieron también la saturación de gente, devenida en sobredosis de hormigón, en detrimento de los atractivos naturales que las habían catapultado a ser atractivas.
En Uruguay, desde hace muchos años, deberíamos haber respondido la pregunta ¿Qué Punta del Este queremos? y haber fijado una política de Estado al respecto, máxime tratándose de nuestro primer generador de divisas por turismo. No lo hemos hecho, la inercia, la falta de compromiso, la ausencia de mentes pensantes, nos ha llevado a creer que solamente puede ofrecer sol y playa y que nuestros casi únicos clientes son los argentinos. Así nos va. No sabemos si seguir fomentando la construcción para dar empleo y ofrecer esa movida como caja de ahorro para inversores con capitales de riesgo, o navegar hacia lo exclusivo, al glamour, a lo temático. Algún día quizás podamos sentarnos todos alrededor de una mesa y debatir, práctica a la que hasta el momento en general, los protagonistas del turismo uruguayo en general (públicos y privados) rehúyen. Claramente, para nosotros, dentro de los diferentes destinos nacionales, hay bolsones que son eminentemente populares y están los exclusivos. Apenas deberíamos tomar el mapa entre las manos y definirlos.
3 - ¿Qué hacemos con Argentina?
Quizás algún día entendamos que hay ejemplos para imitar como el de Nueva Zelanda que no gasta un dólar en promoción para atraer australianos y mucho menos les otorga algún beneficio fiscal para que los visiten. Sus autoridades tienen muy en claro que "los australianos saben muy bien donde queda Nueva Zelanda y lo que les ofrece". Si las condicionantes económicas, climáticas y de contexto político son favorables, los argentinos saben adónde queda Uruguay y lo que les ofrece. Si, por el contrario, esas condicionantes son adversas, ni contratando a Mandrake les haremos cambiar de idea. Es casi tan simple como eso. El gremialismo empresarial uruguayo durante el año no cumple con sus cometidos y cuando -como ahora-, la soga les oprime el cuello, viendo que el gobierno uruguayo ya no puede otorgarles más prebendas, decide cruzar el charco para pedirle al gobierno argentino una especie de milagro. Esperemos que al menos esta vez lo expliquemos bien y no como en la pasada FIT, donde les hicimos creer que les íbamos a devolver el 10,5% del IRPF del alquiler de inmuebles...
4 - ¿Qué Punta del Este queremos?
Es tan determinante en la macroeconomía nacional el éxito o el fracaso del turismo receptivo puntaesteño que su futuro inmediato y a largo plazo, debería ser evaluado más temprano que tarde por autoridades nacionales y departamentales convenientemente asesoradas por técnicos probados para aplicar la definición del mapa que mencionamos líneas arriba. A grandes rasgos, hay bolsones nítidamente diferenciales y para muestra: las torres de la península son claramente una invitación al turismo masivo y entornos como el de José Ignacio, reductos a preservar y no agredir para potenciarlos aún más como destinos exclusivos donde el precio de las cercanas milanesas de Mallmann funcionen como barrera o peaje seleccionador del turismo por el que pagan esos bolsillos y carteras generosos.
5 - ¿Existe la transversalidad?
En el turismo uruguayo la transversalidad por ahora, es un verso muy bien recitado. Aquello de que un churrasco servido en Punta del Este tiene un valor agregado diferencial al de otras zonas, puede ser aplicado en su real dimensión, si tenemos en cuenta que lo transversal de la actividad debería comenzar por el principio, aunque suene a obviedad. El turismo en Uruguay será transversal el día que exista una entidad gremial supra, integrada y conducida por verdaderos players de primera línea.
Cuando en la Cámara o Corporación o Board o como le quieran llamar, se sienten a la mesa los presidentes o directores o CEO´s de las principales constructoras; embotelladores de bebidas alcohólicas y/o refrescantes; entidades financieras emisoras de tarjetas; frigoríficos; cadenas gastronómicas multinacionales y demás organizaciones por el estilo, y tengan el diálogo de tú a tú con las principales figuras del gobierno (por ejemplo presidente o ministro de economía) y a la vez integren las comitivas presidenciales comerciales que viajan por el mundo y con sus recursos propios, puedan delinear (y no esperar instrucciones por las dádivas del dinero estatal) el plan promocional del Instituto correspondiente y los mercados a los cuales ir a ofrecer el producto, podremos hablar de transversalidad, pero por ahora, lo que hacemos todos, es puro verso.
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