Lunes, 15 Enero 2018 16:34

Innovación Sobre Innovaciones

Innovación Sobre Innovaciones

Damian Moragues

 

 

 

 

 

 

Hay una cierta confusión en el sentido de lo que, realmente, es la innovación. Parece -porque el tiempo actual nos lleva a ello- que innovar es, simplemente, aplicar soluciones de nuevas tecnologías a los procesos industriales más habituales en un sector. Olvidamos algunas premisas en este proceso.

 

En primer lugar innovar significa algo más que renovar tecnologías, significa, ante todo, evolucionar. Es decir, ir un paso más allá, desbordar los marcos en los que nos movemos habitualmente para buscar nuevas oportunidades o, básicamente, para mejorar la actividad de nuestro sector en la perspectiva de conseguir una sociedad mejor o , al menos, más confortable para los implicados en nuestra actividad.

 

En segundo lugar innovar debe poner en cuestión el mismo concepto, la misma definición, del sector que pretendemos proyectar al futuro. En este caso, no podemos confiarnos en que las más simples de las definiciones de Turismo sean las que nos proporcionen el punto de partida para innovar. ¿Somos simplemente una industria?¿Somos un fenómeno social intrascendente?.


Si queremos mejorar, evolucionar, tendremos, como se ha dicho, que poner en cuestión nuestra propia definición. Para una sociedad con tendencia a la banalización de todos los fenómenos sociales, debemos ir al origen de nuestra razón de ser para, a partir de ahí, proyectar nuevas perspectivas. Ha habido algunas ( no muchas ) aproximaciones a este tema, desde muy diversas opciones académicas. A mi las que más me gustan tienen que ver con la aproximación del turismo a la cultura. En realidad la curiosidad que origina los primeros desplazamientos humanos es, también, la base de todas las actividades culturales de la humanidad. Por tanto, me siento cómodo –y más esperanzado- cuando se considera al turismo como un instrumento de difusión cultural.

 

Cierto es, que algunas de las más destacadas manifestaciones turísticas no dan mucho pie a tal consideración. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en otros instrumentos de difusión cultural como la literatura, la televisión, el cine, etc. no se pone tanto el acento en la destrucción del mismo sector, cuando la calidad de sus expresiones más comerciales no se corresponde con los estándares aceptados de la cultura tradicional. Nadie pone en cuestión la existencia de la Literatura cuando el título más vendido es “50 Sombras de Grey” o nadie aboga por la supresión del Cine, cuando el mayor visionado lo obtiene cualquiera de los episodios de “Arma Letal”. Sin embargo, el turismo parece estar sujeto a otras consideraciones, pues a la vista de los desmanes ( que los hay…y muchos) de algunos procesos industriales que no atienden más que al máximo beneficio, se reclama con insistencia la desaparición absoluta de esta actividad.

 

Cuando la historia de una actividad es tan rápida y está tan plagada de actuaciones irregulares es muy difícil que la sociedad la acepte como algo beneficioso y que forme parte del patrimonio cultural de un pueblo, aunque sea tan solo a nivel de instrumento de difusión. Empezar a hablar del tema, ubicándolo en esta nueva dimensión cultural ayudará a explicar muchos fenómenos –producto de la misma dinámica sociocultural- apoyados y refrendados por la industria turística y, además, nos dará una nueva perspectiva, mucho más amplia y llena de oportunidades, en los procesos de innovación de nuestro sector.

 

Piensen, a partir de ahora, en como innovar un instrumento de difusión cultural y piensen, también, en todas las implicaciones que ello conlleva a nivel social, político y –naturalmente- cultural.

 

 

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