Miércoles, 24 Octubre 2018 20:20

Patrimonio de la humanidad

Patrimonio de la humanidad

Susana Navarro

 

 

 

 

 

Haciendo un poco de historia, podemos decir que la idea de crear un movimiento internacional para proteger los sitios de índole cultural y natural en otros países, surgió después de la Primera Guerra Mundial.

 

En lo cultural el acontecimiento que suscitó especial preocupación internacional, fue la decisión de construir la gran represa de Asuán en Egipto, con lo que se inundaría el Valle de los Reyes de la antigua civilización egipcia. En 1959 la UNESCO decidió lanzar una campaña internacional a fin de recaudar fondos para la protección de estos templos. Gracias a la donación de unos 50 países (la campaña costó cerca de 80 millones de dólares), los templos fueron desmontados, trasladados a terreno seco y montados de nuevo. Ello llevó a que la UNESCO iniciara con ayuda del ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), la elaboración de un proyecto de convención sobre la protección del patrimonio cultural.

 

La idea de combinar la conservación de los sitios naturales y culturales fue de Estados Unidos, cuando en 1965 surge la necesidad de crear una Fundación de Patrimonio Mundial que estimulara la cooperación internacional para proteger “las zonas naturales y paisajísticas maravillosas del mundo y los sitios históricos para el presente y para el futuro de toda la humanidad”. En 1968 la UICN, (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) elaboró propuestas similares para sus miembros.

 

Surgió un texto unificado y la Conferencia General de la UNESCO aprobó el 16 de noviembre de 1972, la Convención sobre la protección del patrimonio mundial natural y cultural, que constituye un acuerdo firmado por los países (Argentina es uno de ellos), cuyo fin es aportar los recursos financieros e intelectuales necesarios para proteger los sitios del Patrimonio Mundial.

 

Terminada un poco la historia, podemos decir que ser PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD SIGNIFICA POSEER UN VALOR UNIVERSAL EXCEPCIONAL, y a partir de aquel histórico 29 de noviembre de 2000, nuestro querido Parque Ischigualasto (San Juan – Argentina), pasó a pertenecer a todos los pueblos del mundo, obteniendo desde el punto de vista natural, el mejor sello de calidad al cual se puede aspirar turísticamente.

 

Ello requirió un arduo trabajo, sintetizado en seis pasos fundamentales:

1) Los países pasan a ser “ Estados Partes” al firmar la Convención del Patrimonio Mundial,
2) El Estado parte establece una lista indicativa de sus sitios que considera tienen “un valor universal y excepcional”, proponiendo los bienes para su inscripción en la lista,
3) El Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO comprueba el expediente de candidatura y lo envía al ICOMOS en caso de los sitios culturales, a UICN si son sitios naturales y a ambos en caso que se solicite una designación mixta,
4) Dichos organismos envían expertos al sitio para su evaluación y preparación de un informe técnico,
5) La Mesa del Patrimonio Mundial examina, solicita información complementaria y transmite sus recomendaciones y
6) El Comité del Patrimonio Mundial solicita información complementaria a los Estados partes, rechaza la inscripción o inscribe el bien en la lista del Patrimonio Mundial.

 

Hoy existen en todo el mundo más de 900 lugares declarados, de los cuales casi un 80% son culturales, y el 20% restante entre naturales y mixtos. La mayor concentración de sitios culturales se dan en Europa, constituyendo la base para el desarrollo de un importantísimo Turismo Cultural y los de carácter natural se hallan principalmente en América, lo cual nos perfila como continente y en especial como país y provincia, para el desarrollo de un Turismo de Naturaleza, basado en un manejo sustentable, ecoturístico y absolutamente responsable, si queremos que este legado del pasado llegue a futuras generaciones.

 

Vaya este pequeño homenaje a todos aquellos hombres y mujeres, que silenciosamente pusimos nuestro grano de arena, durante casi seis años, para que el sueño se hiciera realidad. El 29 de noviembre de 2000, el Sitio Ischigualasto – Talampaya obtuvo su declaración como tal y estamos pronto a cumplir un nuevo año más. Han transcurrido casi 18 años, se avanzó mucho en infraestructura de servicios, pero lejos de pensar que fue el fin del camino, solo fue el comienzo de una gran responsabilidad, ya que la inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial fija el deber que compete a los Estados partes en la protección y la preservación de dichos sitios.

 

Depende de todos nosotros: municipio, provincia, nación, comunidad; demostrar que somos merecedores y capaces de cuidar y proteger para las generaciones futuras, este único y excepcional legado natural.

 

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