Jueves, 15 Noviembre 2018 17:09

Turismo y medioambiente: Escenario clave 2018 - I

Turismo y medioambiente: Escenario clave 2018 - I

Jose Delgado

 

 

 

 

 

Además el turismo, como Ustedes saben, ha representado una actividad importante para la economía mundial, en tanto como fenómeno masivo como una actividad que requiere de una gran infraestructura y complejos servicios que no siempre han tenido una adecuada planificación. http://bibliotecadigital.econ.uba.ar/download/rimf/rimf_v2_n1_02.pdf

 

También se convirtió durante un tiempo como un fenómeno deteriorador del medio ambiente natural y social. No solo ha transformado el aspecto físico de las zonas turísticas, sino que ha generado graves trastornos ecológicos: destrucción de ecosistemas, disminución de la cantidad y calidad del agua, empobrecimiento y contaminación de los suelos, extinción de múltiples especies de la fauna, afectación severa de la flora, depredación pesquera y contaminación de mar, así como desintegrador de actividades económicas tradicionales, aculturación, migración, fenómenos de crecimiento poblacional y urbano desordenado, falta de servicios públicos, entre otros.

 


Aunque el crecimiento de la actividad durante mucho tiempo se convirtió en los años 80 como el llamado modelo turístico convencional de “avión, hotel, playa”, esté modelo empezó a presentar síntomas de agotamiento y de crisis, expresado en la espiral descendente de los grandes centros turísticos tradicionales (abatimiento de su rentabilidad y el inicio de su decadencia y agonía) fenómeno que se observa en ciertas zonas del mediterráneo europeo.

 


De hecho, ante la pérdida de la calidad y el valor de la vacación ofrecida por el modelo turístico convencional, producto de la estandarización de la oferta y de los servicios, del manejo impersonal de los visitantes y la transformación de los viejos criterios de servicio en auténticos sistemas de “procesamiento del turista”, surgió ya a finales de los 90 esa preocupación por hacer un turismo más responsable y sostenible. Dando nacimiento a una nueva corriente turística: el llamado turismo alternativo.
“La nueva corriente turística que nació hace tiempo, se dice, que fue el resultado de los cambios en los valores y hábitos de vida ocurridos en las poblaciones de los países desarrollados, que procuran mejorar su calidad de vida (mediante nuevas formas de utilización del tiempo libre y un ambiente limpio y sostenible”
https://www.monografias.com/trabajos37/turismo-naturaleza/turismo-naturaleza.shtml

 

Efectivamente, estas poblaciones con altos ingresos, con más tiempo libre, sometidas a las tensiones y a la despersonalización de las ciudades y de la vida industrial, así como crecientemente preocupadas por mejorar su calidad de vida demandan servicios turísticos en los que encuentren satisfacción a una diversidad de intereses, atención personalizada, destinos vacacionales naturales (exóticos) y un medio ambiente limpio.

 

Ya en las encuestas a nivel europeo de los años 19 s94, uno de cada dos turistas alemanes, consideraba la calidad ambiental como un elemento esencial en la decisión de su destino vacacional y el 38 % de los turistas ingleses la consideraba como el elemento básico para decidir regresar a un destino vacacional.
Por ello y según la Organización Mundial de Turismo (OMT), el segmento turístico que experimentó un ritmo más acelerado crecimiento fue el llamado turismo “alternativo”, es decir el turismo que tiene como destino la naturaleza y que incluye todas aquellas prácticas turísticas conocidas como turismo especializado: turismo de aventura, científico, cinegético, de montaña, rural, camping, buceo, safari fotográfico, espeleología, ecoturismo, etc.

 

Si hacemos una regresión histórica podemos ver que ya este tipo de turismo generó en los años 90 alrededor del 7% del gasto total en viajes internacionales y significo una importante entrada de divisas para los países receptores de mismo.
Ejemplos como en Kenia que, en el año 1994, los safaris les generaron 400 millones de dólares. En las Maldivas (nación de 1190 pequeñas islas en el océano Índico), uno de los destinos de buceo más grandes del mundo, el turismo constituyo en 1993 más del 80 % de su PIB. En Costa Rica el turismo de historia natural, de aventura tropical y de contemplación de aves silvestres representó más del 75 % de su turismo general (684,000), siendo la segunda fuente de divisas, en 1993 estas actividades turísticas generaron 577.4 millones de dólares. Las barreras de coral de Belice recibieron alrededor de 128,000 turistas anualmente dejando una derrama superior a los 20 millones de dólares.

 

Pero si vamos un poco más allá podemos determinar que el turismo es un fenómeno de desplazamiento de un lugar de residencia permanente a otro temporal, que no solo es un movimiento de personas, ya que implica transporte, alojamiento y alimentación, es decir un fenómeno social complejo, con múltiples facetas que involucran aspectos tanto económico, como social, cultural y medioambientales.

 

El turismo más que ningún otro sector económico debe alcanzar el equilibrio entre objetivos económicos, sociales y medioambientales expresado en el concepto de turismo sostenible.
El turismo se construye gracias a la existencia de unos atractivos naturales, culturales y de otro tipo, a condición de que estos se encuentren en buen estado de conservación.

 

La crisis del modelo turismo convencional y la creciente preocupación de las poblaciones de los países desarrollados por mejorar su calidad de vida propiciaron un cambio en la demanda turística. De hecho, dichos cambios se enmarcan en la gran transformación social derivada del antiguo sistema de turismo de sol y playa hacía un turismo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.


En esta transformación de la sociedad contemporánea la llamada crisis ambiental ha jugado un papel central. Efectivamente, la creciente contaminación de la atmósfera, los suelos y el agua; la perdida de múltiples especies de la flora y la fauna; la destrucción de la capa de ozono, etc., que en conjunto y a largo plazo representan un peligro para la sobrevivencia humana, pero que en lo inmediato se traducen en una pérdida de la calidad de vida, han sido determinantes para que en los últimos 20 años surgieran los movimientos sociales conservacionistas, ecologistas y ambientalistas y para que entre los gobiernos y las poblaciones en general, se haya empezado a buscar y en algunos casos adoptar, nuevas formas de desarrollo que se adecuen por una parte a los requerimientos de transformación y aprovechamiento de la naturaleza y por la otra, a la necesidad de su conservación como condición para preservar la propia existencia humana. Es en este marco que surge el concepto de desarrollo sostenible.

 

No obstante, la creciente utilización del concepto no existe una sola visión de lo que es el desarrollo sostenible. Para algunos alcanzar un desarrollo sostenible es lograr el crecimiento económico continuo mediante un manejo más racional de los recursos naturales y la utilización de tecnologías más eficientes y menos contaminantes.

 

Para otros, “el desarrollo sostenible es ante todo un proyecto social y político que apunta hacia la descentralización y el ordenamiento ecológico de la producción, y que ofrece principios y orientaciones a los proyectos de democratización de la sociedad, fundada en la participación directa de las comunidades en la apropiación y transformación de sus recursos ambientales y que no debe tener otra orientación no sea erradicar la pobreza, elevar la calidad de vida y satisfacer las necesidades básicas de la humanidad .”
https://books.google.es/books

 

Es decir, para algunos solo es compatibilizar el medio ambiente con un crecimiento económico continuo, manteniendo las condiciones que producen y reproducen las relaciones de explotación, jerarquizaron y dominación que permiten la apropiación de la capacidad productiva social por unos cuantos hombres. Para otros implica nuevas bases en las que se sustente la civilización, mediante la construcción de una nueva racionalidad, una racionalidad ambiental, que coloque como sentido y fin de la organización social productiva el bienestar material de ser humano (niveles de vida) y su desarrollo espiritual (calidad de vida).


El paso de un modelo de desarrollo depredador y deteriorador a uno sostenible que mantenga la armonía con la naturaleza tiene múltiples complicaciones. Implica modificar nuestra visión y relación con la naturaleza: esta no es solo una fuente de materias primas sino también es el entorno necesario para la existencia humana. Implica un manejo racional de los recursos naturales, pero también modificar la organización productiva y social que producen y reproducen la desigualdad y la pobreza, así como las prácticas productivas deterioradoras y la creación de nuevas relaciones sociales cuyo eje ya no sea la ganancia sino el bienestar humano.


 

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