El Monasterio de Uclés, en Cuenca, rescata con un concierto de música renacentista las aventuras de Magallanes en el V Centenario de la Primera vuelta al Mundo. El concierto, cuya dirección artística corrió a cargo de David Pérez interpretó música renacentista de la corte española del siglo XVI, seleccionada por Carlos Ortiz. Los músicos, un grupo de cámara compuesto por 11 concertistas utilizaron instrumentos de la época como el laúd, la vihuela, el corneto, el sacabuche o el serpentón, para interpretar los temas que se oían en aquellos navíos. Y así los sorprendidos asistentes pudieron contemplar un espectáculo original, un espectáculo musical-narrativo-pictórico seleccionado para la ocasión y que rinde homenaje a los caballeros de la Orden de Santiago que surcaron los mares en diferentes misiones como el viaje de Magallanes del que se cumple el V Centenario.
Los textos de Andrés Alos fueron interpretados por el actor Alfonso Delgado que recreaba al propio Magallanes. Llamó la atención la puesta en escena. Los músicos situados en la parte posterior del escenario y sobre escalones para que fueran vistos por el público que abarrotaba el recinto. Ante ellos un telón transparente, difuso, donde se iban sucediendo dibujos que narraban la historia de aquél viaje de ultramar.
Estos magníficos dibujos, idea de Ana Yedros, iban plasmando la vida de aquellos caballeros de la mar, cuya travesía para llegar al otro mundo fue plagada de escenas que los espectadores iban contemplando. Así, mientras sonaba la música, se veían pájaros exóticos, asombrosos paisajes, islas tropicales, mujeres semidesnudas cubiertas de oro, cuya desnudez era mostrada sin atisbo de inmoralidad porque todo era natural en aquellas gentes desconocidas. Hombres aguerridos que defendían sus territorios y a sus mujeres; luchas encarnizadas entre los nativos y las huestes españolas. Cabezas que iban cayendo al fondo de sacos. Y mientras tanto, la voz de Magallanes que se confundía con el rumor y la bravura del mar, va dejando constancia, con hermosos textos, lo que fue aquel viaje hacia lo desconocido.
En aquella travesía se descubrieron también las especias que tanto aportarían a nuestra gastronomía; la madera, el oro, las piedras preciosas. Querían descubrir Dios a aquellos indígenas, a nuestro Dios, a unos hombres que amaban la naturaleza y a su tierra por encima de otras creencias. Las suyas estaban demasiado arraigadas para aceptar otras. Una visión sorprendente y asombrosa del nuevo mundo. El concierto, el espectáculo en sí, fue seguido por un público entregado, absorto y silencioso que concluyó con un emocionado y prolongado aplauso.
A continuación, todos los invitados fueron obsequiados con una exquisita cena en la que el chef dominicano, Daniel Sánchez, elaboró un menú teniendo en cuenta los alimentos que consumían aquellas expediciones sin obviar lo que las especias aportaron a la gastronomía. Y todo ello regado con los vinos de Uclés y Jerez, estos últimos en recuerdo a las botas que se cargaron en los muelles de Sevilla, de los que partieron Magallanes y Elcano. Hay que agradecer y valorar a Fernando Núñez, patrocinador del evento por haber sabido combinar espectáculo con gastronomía y por haber tenido el acierto de elegir lugar tan emblemático como el Monasterio de Uclés, un edificio que por sí solo anonada con su envergadura hasta el que allí se acerca.
Han sido los días 17,22,23 y 24 de noviembre con un éxito absoluto que crítica y público, y que tendrá continuidad.
Felicidades a la organización y a los asistentes.
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