Colaboración: Sagrario Chamorro Argeñal
Ilustración y Publicación: Juan Flavio Orozco V.
Luchar con la verdad, cobija, fortalece, une y consolida la esperanza, contrario a la "mentira", que expone, debilita, divide, confunde y crea incertidumbre y desasosiego. Los que dirigen con engaños, usando el sobrenombre de protectores, han resultado grandes destructores de sueños, naciones y de millones de seres humanos.Todos tenemos nuestro mundo y es allí donde se concentra la importancia de la verdad y del engaño. Es allí donde toma importancia o vivencia nuestra aptitud ante la vida. "To be or not to be", Ser o no Ser, es lo que nos mantiene con vida sana y útil, ya que el solo existir no es el propósito, ni la razón para vivir negándonos la verdad. Nuestro propósito es ser útil, conviviendo con el prójimo en la búsqueda del bienestar común. He aquí la causa de nuestra falta de desarrollo, vivimos en la mentira y de la mentira, no aceptamos la verdad, rehusamos enfrentarla, ignoramos conscientemente la necesidad de buscar una solución a nuestro mal, a nuestra falta de visión. Todos nosotros, con raras excepciones, caemos vencidos y paralizados ante la verdad de que solo eliminando las abismales desigualdades, podemos llegar al bienestar común.
No se trata de la igualdad que pregonan los comunistas, disfrazados socialistas, pues tanto los seres humanos, los animales, como la naturaleza son diferentes, con necesidades y sueños individuales. Cada quien, cada área, tiene su encanto y todos, sin excepción, necesitan de atención, de cuido, de amor. Se trata de ayudarnos a enfrentar la vida, en igualdad de circunstancias y oportunidades, de compartir atención, cuido y amor. Si logramos visitar la Luna, sin medir su descomunal costo; si vivimos inmiscuidos en guerras estériles, dilapidando billones de dólares; si gastamos billones en promover ideas sectarias; si otorgamos privilegios para la destrucción de nuestra naturaleza, ¿Por qué nos oponemos a que todo ser humano tenga derecho a recibir protección de salud? Y más importante aún, ¿a protegerlo desde su infancia? ¿a gozar de una vida sana?
¿Por qué no apoyamos un sistema educativo que nos asegure que todo ser humano conozca la diferencia entre el bien y el mal? Que todo ser humano, tenga la oportunidad de saber que, con esfuerzo y persistencia, puede conquistar la sabiduría, y con ella ayudar a construir un mundo más equilibrado y justo, más sostenible. ¿Por qué no podemos convertir ejércitos armados en protectores de nuestra naturaleza? ¿En maestros, en vigilantes de la bienandanza comunitaria, en protectores de la niñez y la ancianidad?
Nada es imposible, aunque todo es difícil si no hay voluntad. He aquí el meollo de nuestro futuro, ya que, si meditamos, mientras permanecemos en este retiro defensivo a la contaminación de un virus mortal, podemos lograr reforzar nuestra voluntad a darle un cambio a nuestras vidas, ya que somos nosotros, individualmente, quienes podemos decirnos un ¡BASTA YA! ¡Se acabó la complacencia! ¡Se terminó el "yoquepierdismo"! adoptaremos y tomaremos la lanza de la equidad y lo que nos daña, combatirlo.
Tenemos que responsabilizarnos de nuestras obligaciones ciudadanas, acordándonos que todo acto de nuestras vidas se refleja en nuestra familia y comunidad. Debemos eliminar el temor a expresar nuestra fe en las enseñanzas del que vino, predicó, sufrió y, al entregar su cuerpo terrenal, nos dejó el mayor ejemplo del amor, no del odio, que es debilidad y abandono.
Nuestras Américas claman Justicia, reclaman respeto a sus derechos ciudadanos; seamos valientes, defendamos voluntades y librémonos de quienes a través de la historia han tratado de mantenernos ignorantes de la verdad, que es nuestra LIBERTAD para amar al prójimo, ¡como a nosotros mismos!
La tragedia de los países que se identifican con el agonizante Socialismo del Siglo XXI es un ejemplo de quienes se escudan en la mentira, personificada en una ausencia de gobierno y de liderazgo; un vacío en el que se oyen los latidos de las inocentes víctimas de los abusos de una manada de irresponsables fuerzas de seguridad ciudadana, forajidos irresponsables, piratas del mal, que son una amenaza para la salud y bienestar de los pueblos. ¡Las Americas deben limpiar casa!
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