Colaboración: Sagrario Chamorro Argeñal
Ilustración y Publicación: Juan Flavio Orozco V.
Necesitamos mantener sano nuestro planeta, pues según dicen los expertos hay que tomar muy en serio el medio ambiente, tan en serio, que necesitamos combatir sus amenazadores fenómenos climáticos con la perseverancia de la gota y la pasión guerrera de quien lucha por salvar su vida. Tengo un mes de estar en una de las repúblicas del continente más versátil, Colombia, donde he conocido a la ingeniera agrícola Liliana Tirado Magnusson y a su simpático esposo, Jan, nativo de Suecia. Ella, con especialidad en el cultivo de Rosas, que la llevó hasta México, país que ayudó a convertir en un exitoso exportador de rosas.
Ahora, de regreso a este su país natal, que ambos llaman "nuestro paraíso" principalmente por las verdes montañas que forman el escenario de ramales de la Cordillera Andina, que preñadas con numerosas vertientes son fuentes de agua para riego de los fértiles valles del Cauca, donde agricultores responsables están haciendo el esfuerzo de sembrar cumpliendo con todas las normas que protegen el medio ambiente, especialmente en un área donde las cosechas son varias y continuas a través del año. Nos cuenta Liliana que para salvar nuestra tierra se requiere llevar una carrera contra reloj en cuanto a la conservación y sostenibilidad de la Producción y Rentabilidad.
Nos habla de cordilleras pobladas de campesinos que siembran con fe y cosechan con tristeza; siempre con la esperanza de que la próxima será mejor, considera que las políticas gubernamentales de nuestra área son insuficientes para implementar la producción agropecuaria sostenible ya que, así como construimos un tejido social, necesitamos construir tejidos de conservación, que respeten nuestros ecosistemas, que nos permita crear una conciencia conservacionista. Nos alerta que el ecosistema se está viendo amenazado con el uso indiscriminado de agroquímicos que trae como consecuencia el cambio de patrones climáticos poniendo en riesgo la seguridad alimentaria.
Al mismo tiempo nos recuerda que el uso del suelo en las cordilleras, en alturas entre 1,200 y 1,600 metros, la urbanización trae como consecuencia: erosión, desplazamiento de grandes volúmenes de tierra, contaminación del recurso hídrico, crecientes subidas de los ríos, inundaciones en zonas pobladas etc.
Así mismo, recomienda la necesidad de implementar políticas de conservación y mejoramiento en el uso de los recursos naturales, un desafío que debemos asumir todos para garantizar la seguridad alimentaria del presente y futuro.
Y ya que estamos en el tema de Fincas y Haciendas, la buena noticia es que en América Latina hay cada día más agro empresarios que reservan algunas hectáreas de sus propiedades para Bosques protegidos o Reservas Forestales, lo que nos protege de la indiferencia del Estado, que inmiscuye la política, al ignorar las talas de árboles y asentamientos agrícolas y ganaderos en las Reservas Nacionales, así como la exportación de troncos, tucas y maderas aserradas de sus incondicionales a vista y paciencia de las autoridades, lo cual es un crimen que afecta la salud de la humanidad.
A cada uno de nosotros nos corresponde velar por nuestro medio ambiente, es algo muy personal y que es fácil hacer, el problema radica en que nos negamos a cumplir con unas pequeñas normas, como son, la de no botar basura indiscriminadamente, ignorar la importancia del reciclaje de despojos, la quema innecesaria de basura y mucho peor el corte de pequeños árboles para usarlos de madera para cocinar o en paseos campestres como fogatas. Estas prácticas hay que detenerlas a base de educación, disciplina cívica y por supuesto de ayuda gubernamental y de organismos cívicos que provean subsidios a los hogares de escasos recursos para proveerlos de cocinas eficientes o que tengan acceso y utilicen otros medios como el gas.
En Centroamérica hay dos países limítrofes, Costa Rica y Nicaragua que nos ofrecen el ejemplo clásico de lo que se debe y no se debe hacer para preservar el medio ambiente. Lo interesante de esta comparación es que Nicaragua, con una naturaleza exuberante es ahora un desastre ambiental y Costa Rica, que ha tenido que luchar para preservar lo poco que Dios le dio, es ahora admirada a nivel mundial por su exuberante naturaleza, la cual le produce una inmensa riqueza turística.
Una de mis asiduas lectoras, mi estimada amiga Nélia T. Castillo, filadelfiana de origen mexicano, me envió un corto comentario sobre El Archivo anterior y es tan ajustado a la realidad que la citamos
"La Historia tiene relevancia cuando actuamos para cambiar el abuso y la tiranía de los que se consideran todopoderosos.
Mientras tanto seguimos en puntos suspensivos… "
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