Colaboración: Sagrario Chamorro Argeñal
Ilustración y Publicación: Juan Flavio Orozco V.
Un tema que tenemos que confrontar, nos guste o no, es el de las corrientes humanasmigratorias desordenadas e indocumentadas que no solo se han convertido en un preocupante lastre para las economías de los países receptores, sino que está creando una confrontación social. Además, cataliza la deshumanización y la discriminación; étnica, cultural y religiosa. Estamos obligados a buscarle solución a lo que podría llegar a ser, o quizás ya es, una tragedia humana. La inmigración hacia los países desarrollados de Europa y América se da, por lo general, desde pueblos de escasos recursos, donde sus gobiernos corruptos abusan económica y socialmente, utilizándoles, en la mayoría de los casos, como "comodines" políticos en sus malabarismos dictatoriales o de la palabra democracia.
Concentrándonos en nuestro Continente Americano, donde la inmigración está siendo utilizada como una arma política, del uno como del otro lado del Rio Grande, lo que más alarma es ¡hasta donde ha llegado la falta de humanismo!, el abusar de seres inocentes, niños que son utilizados indiscriminadamente por parejas o por esas programadas caravanas, quienes al llegar a la frontera norte, se encuentran en un limbo familiar, ya que, supuestamente, son alquilados o comprados por inescrupulosos y amorales organizadores. En vista de lo anterior, lo primero que deben hacer los países receptores es no cometer el error de desarraigar a los que ya se han asentado, formado familias, manteniendo una conducta ejemplar en sus puestos de trabajo o pequeños negocios, por lo que es necesario una amnistía amplia, de lo contrario se destruyen vidas y se exporta problemas a sus países natales, donde muchos de ellos, ya están desarraigados.
Los gobiernos de los países anfitriones de inmigrantes deberían enfocar su preocupación precisamente en los países-fuente de estas oleadas, creando ayuda a través de programas y proyectos socio-económicos, controlados por organizaciones de sus gobiernos u organizaciones cívicas, que brinden educación y fuentes de trabajo a su población, así como sanciones a los gobernantes déspotas y sus mafiosos y corruptos colaboradores que se han apoderado de sus vidas y haciendas, obligándoles a escapar del infierno en que estos "mandamases" los mantienen. Sin futuro, hay desesperación, la desesperación hace emigrar, brindémosles oportunidades, que la estabilidad elimine la desesperación.
Como todo lo anterior toma tiempo, lo aconsejable sería habilitar y operar casetas informativas y de identificación en las fronteras y trayecto que estos desesperados seres tienen que utilizar para alcanzar el sueño de "un mundo mejor", que les provea identidad, les proteja y les permita analizar, con la ayuda de una asesoría profesional y sincera, la inconveniencia de seguir en su arduo y difícil camino hacia el Norte, ofreciéndoles ayuda y garantías para regresar a su hogar o quedarse en los países intermedios, si esto fuese posible.
Las migraciones políticas, como la orquestada por Cuba (Marielitos; bit.ly/2Xh5MDW) hace décadas, que invadió el Estado de Florida con maleantes sacados de las cárceles e integrados al éxodo de desesperados ciudadanos, fue el comienzo de este proceso que ha venido destruyendo la credibilidad de los verdaderos motivos de los pueblos, que victimas de gobiernos opresivos y corruptos, buscan refugio y oportunidades. Los Estados Unidos y Canadá han sido y son países donde la inmigración es su motor y razón de ser. Aunque al comienzo fue masiva, como la de finales del Siglo XIX, siempre eran procesados en centros de admisión y obtenían una identificación que les permitía integrarse paulatinamente a través de sus etnias al llamado "American Dream", que les brindaba oportunidades para trabajar, educarse y profesionalizarse, cumpliendo con sus leyes y regulaciones, y aportando sus impuestos a la nación que los adoptaba.
No pueden los países, que han mantenido por más de un siglo un ordenado sistema migratorio, aceptar oleadas de seres que les invadan sin control alguno, con los brazos cruzados. Tienen que buscarle solución, pues estas oleadas son aprovechadas por indeseables y criminales quienes utilizan el esfuerzo de familias honestas que buscan oportunidades. Oportunidades que les han sido arrebatadas por las "mafias políticas" de sus lares nativos.
No podemos simplemente construir muros e ignorar las desesperadas realidades de los sin esperanzas. Tenemos que construir defensas humanas a las tragedias humanas. Tenemos que erradicar el mal donde se produce y asegurarnos que la educación y las oportunidades de trabajo funcionen democráticamente.
¡Debemos luchar con persistencia por gobiernos respetuosos de los derechos humanos!
¡La Democracia es un Derecho, no una Dádiva!
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