Definitivamente el turismo es una actividad que enamora, ser partícipe de su planificación, organización u operación, o ser simplemente un turista, nos permite disfrutar de una especie de hechizo positivo que abarca recursos naturales, artificiales y mucha gente de diferentes colores y religiones. Quienes hemos sido estudiosos de su impresionante desarrollo nos sentimos orgullosos, pero también preocupados por la sostenibilidad de dicha actividad en las décadas venideras.
Analicemos un poco la estadística: Según la Organización Mundial del Turismo en su publicación “Barómetro del Turismo Mundial 2017”, para 1950 se contabilizaron 25 millones de llegadas de visitantes internacionales que gastaron US$ 2 Billones en diferentes países; treinta años después, en 1980, se registraron 278 millones de visitantes internacionales (un crecimiento promedio de 8.5 millones de visitantes por año) , con un gasto de US$ 104 billones; en el año 2000 la cifra fue de 674 millones de visitantes ( ahora con crecimiento promedio de 19.8 millones de visitantes por año, más del doble que en el segmento anterior), con un gasto de US$ 495 billones; en 2016 las llegadas de visitantes internacionales escalaron a 1,235 millones ( promedio anual de crecimiento de 35 millones de visitantes, es decir 90% más alto que en el anterior período estudiado), con un gasto total de US$ 1,220 billones.
Elucubrando en base a dichas cifras, en los 34 años que faltan para llegar al 2050, el turismo podría crecer a razón de 50 millones de visitantes internacionales por año, para alcanzar en dicho año la extraordinaria cifra de 2,935 millones de visitantes internacionales, con un gasto estimado de US$ 3,000 billones. Esto significaría manejar dos veces y medio los volúmenes actuales. ¿Qué tal?, Cómo si esto fuese poco, debemos dar por cierto que el turismo interno que realizan los nacionales y residentes dentro de sus países, también se incrementará substancialmente ya que los beneficios de la redistribución del ingreso, generación de emprendimiento y de empleo están siempre en los objetivos de los órganos gubernamentales y los entes privados y por tal razón promoverán su crecimiento.
Veamos los motivos de preocupación, la Sostenibilidad del Turismo se basa en tres elementos conceptuales: Sostenibilidad Ambiental; Sostenibilidad Económica; y Sostenibilidad Sociocultural. Conocido esto, preguntémonos:
1. ¿Cómo afectarán tales volúmenes de turistas al entorno natural de los núcleos receptores?
Los recursos naturales renovables de alto aprovechamiento por el turismo, bien playas, lagos, ríos, montañas, parques naturales, selvas, etc., ya vienen siendo afectados negativamente debido a varios factores :
a. Planificación (Ej. Ausencia de políticas públicas; Inexistencia de reglamentación de ordenación y uso; Limitaciones de la capacidad de carga);
b. Organización (Ej. Direccionamiento de corrientes turísticas hacia áreas no suficientemente preparadas ; Falta de vigilancia y control del acceso y estadía de usuarios en zonas naturales frágiles; Escasa señalización; Inadecuada localización de servicios; etc.); y
c. Operación (Falta de guiatura; libre albedrío del visitante; tendencia a concentración en ciertas áreas turísticas; y ausencia de concientización a operadores y visitantes, entre otras).
Por otra parte, los recursos naturales sufren el embate de la contaminación de aguas y suelos por parte de los visitantes nacionales e internacionales; de la desforestación e inadecuada disposición de las aguas servidas y basura, por parte de los desarrolladores y promotores del turismo; el paisaje se ve afectado por caminerías no autorizadas en selvas y montañas, que a la sazón contribuyen al aumento de riesgos de incendios forestales; las playas ( arenas y aguas) se contaminan cada día más por efecto de los aceites bronceadores, cremas protectoras del sol, excrementos humanos, desechos sólidos y otros factores atribuibles a los usuarios y prestadores de servicios locales; y la fauna sufre mermas por cacería no autorizada o por la falta de conciencia del visitante que contamina con ruido, desechos y destrucción. Se infiere que la afectación será mayor en la medida en que aumentan las concentraciones de visitantes en las zonas de mayor atractivo turístico.
La sostenibilidad ambiental es vital para el crecimiento del turismo, y mientras mayores sean los volúmenes a manejar se necesitará, más educación ambiental, más concientización, más capacitación de recursos humanos especializados, y más planificación, organización y control.
2. ¿Cómo afectará el crecimiento la Sostenibilidad Económica del Turismo?
Durante las últimas décadas hemos visto cómo los países con alta recepción de turismo han multiplicado sus inversiones en infraestructura ante la necesidad de nuevos aeropuertos, puertos, terminales terrestres, carreteras, hospitales y demás obras necesarias para atender un aumento significativo de la demanda interna e internacional. Ante un crecimiento turístico excepcional como el que se nos avecina, será necesario que los países beneficiarios hagan planificación de largo plazo y logren acuerdos político-económicos para garantizar los recursos oportunamente y así lograr su edificación en tiempos razonables, evitar que las obras se paralicen, o se queden pequeñas a pocos años de inauguradas. La nueva infraestructura debe satisfacer los estándares de capacidad, seguridad y calidad de servicio, además, deberán ser operadas de forma eficiente para que los Estados o sector privado participante, puedan recuperar la inversión y pagar los préstamos.
En relación a la microeconomía o economía de la empresa, esta deberá diversificarse, adaptarse a los nuevos tipos de demanda, a los volúmenes pronosticados para los destinos turísticos, y evolucionar tecnológicamente para poder prestar más eficientemente sus servicios. En 2050 la humanidad será prisionera de la tecnología y para bien o para mal, esa será la mejor herramienta para manejar 2,500 millones de visitantes llegando a más de 160 países. La sostenibilidad microeconómica dependerá, sin duda, de la rentabilidad de los proyectos, la tecnología y de la calidad de servicio, las empresas que no entiendan esto, no serán sostenibles.
3. ¿Cómo lograr que no se afecte la Sostenibilidad Sociocultural en los destinos turísticos?
La sostenibilidad sociocultural es compleja y muy sensible a factores externos; la integran diversos elementos que tienen que ver con la cultura local, las tradiciones, la alimentación, los valores, la condición socioeconómica media, y su histórica vinculación con el entorno ambiental. En la medida en que los países incorporan nuevos destinos a su desarrollo turístico, a menos que haya un adecuado manejo de las relaciones con el entorno social, se producirán más impactos negativos que positivos; los negativos : la transculturización, el apoderamiento de espacios que antes pertenecían a la comunidad, el crecimiento de la prostitución y consumo de drogas, la no contribución al bienestar social entre otros; los positivos: oferta de capacitación y empleo, contribución al enaltecimiento de los valores culturales locales y regionales, adquisición de bienes y servicios a las comunidades, mejoras sanitarias y de la infraestructura del entorno.
El tema de la calidad también está involucrado en este tipo de relaciones socioculturales y en los casos de masificación del turismo es imperativo cuidar este aspecto, que en muchos casos se constituye en el principal problema, o en el elemento diferenciador de destinos turísticos similares.
Ya para concluir, debo mencionar que hay países que han experimentado gran crecimiento del número de visitantes en un plazo relativamente pequeño, ejemplo de ellos: República Dominicana, que en menos de 10 años pasó de 1 millón a más de 6 millones en 2016; Chile que ha crecido sistemáticamente desde el año 2000 y exhibe con orgullo sus casi 6 millones de visitantes; Tailandia que de un brinco pasó al 9º lugar en las estadísticas de la OMT, duplicando en los últimos 5 años el número de visitantes; Costa de Marfil, país que en 2015 triplicó las llegadas internacionales; e Islandia, en la Europa del norte que recibió en 2016 a 1.7 millones de visitantes, cuatro veces más que en 2010, y una cifra casi seis veces mayor al de su población. En algunos de ellos ya existe gran preocupación por los temas de calidad ambiental, saturación de los espacios públicos, excesiva carga sobre los recursos naturales subyacentes, urgente necesidad de nuevas inversiones, afectación de la vida de las comunidades, y otros males sociales producto del crecimiento desmedido.
En definitiva, creo que hay que reflexionar sobre las experiencias anteriormente citadas y planear cuidadosamente como poder aprovechar de forma sostenible el crecimiento turístico que nos viene en los próximos años.
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