Miércoles, 18 Marzo 2020 17:26

Turismo Rural y Agroturismo Vs Coronavirus

Turismo Rural y Agroturismo Vs Coronavirus

Antonio Montecinos

 

 

 

 

Imagenes facilitadas por el autor

 

• ¿Debe parar el mundo para reflexionar y decidir el mejor camino a seguir?
• Cuando el mundo va en contra de la naturaleza afecta el metabolismo social

 

La peor crisis de la humanidad y el turismo en el siglo XXI, nos obliga a revalorar los principios universales como el respeto a la naturaleza y al territorio, ya que cuando vamos en contra de ellos dañamos en ocasiones de manera irreversible el metabolismo social de la humanidad.

 

La mayor cantidad de casos positivos y muertes por el coronavirus, se han dado en las grandes ciudades donde son comunes las aglomeraciones públicas y la facilidad de contagio por el poco espacio entre la persona infectada y la que no. Prueba de lo anterior son los terribles efectos mundiales del cambio climático. China donde presuntamente inició el coronavirus (COVID-19), es uno de los países más contaminantes del mundo y por las medidas de resguardo y aislamiento de la población, sus emisiones de CO2 han caído un 25% por el desplome en la demanda de energía.

 

¿Debe parar el mundo para reflexionar y decidir el mejor camino a seguir?, la respuesta es no, pero si tiene que enmendar el rumbo y hacer uso de otras alternativas de viaje como el Turismo Rural y el Agroturismo, que son más amigables para el planeta y las comunidades receptoras en los entornos rurales, donde paradójicamente una de sus problemáticas es el despoblamiento y por el otro lado cuenta con un enorme inventario en patrimonio cultural, gastronómico y paisajístico que puede favorecer un turismo de proximidad, trazabilidad, comercio justo, sin apenas huella de carbono coadyuvando al desarrollo regional y generando beneficios a la cadena productiva de valor gastronómica y turística principalmente a los grupos más vulnerables como los agricultores, los mercados artesanales, artesanos, cocineras etcétera y en un ambiente menos propicio a contagios...

 

Turismo Rural y Agroturismo
“El turismo y el desarrollo rural” es el lema mundial para el año 2020 de la Organización Mundial de Turismo (OMT), que va a la par del tema de su red de gastronomía “Turismo gastronómico: promoción del turismo rural y el desarrollo regional”. En ambos se tiene en común el desplazamiento motivado por el entorno rural que la Real Academia Española (RAE) define como “Perteneciente o relativo a la vida del campo y a sus labores”.

 

Al visitante que le atrae el territorio y la riqueza agrícola de su biodiversidad, para poder realizar actividades turísticas respetando la naturaleza, la historia, cultura y cosmovisión de su comunidad, se le ha empezado a reconocer como Agroturismo, un tipo de turismo cada vez más valorado por los impactos positivos que genera, para coadyuvar al desarrollo sostenible por medio de la seguridad alimentaria que minimiza el hambre “0”, el segundo Objetivo del Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, “fin de la pobreza” que es él 1º, aunque la gastronomía y sus cadenas alimentarias de producción, suministros y valor tienen relación directa e indirecta con los 17 ODS.



La concepción del turismo rural tiene muchos años de conocerse, sin embargo, no ha tenido históricamente el auge de otros tipos de turismo como el religioso, cultural, sol y playa etc. La OMT define al turismo rural como:  “El turismo rural es un tipo de actividad turística en el que la experiencia del visitante está relacionada con un amplio espectro de productos vinculados por lo general con las actividades de naturaleza, la agricultura, las formas de vida y las culturas rurales, la pesca con caña y la visita a lugares de interés.



Las actividades de turismo rural se desarrollan en entornos no urbanos (rurales) con las siguientes características:


1. Baja densidad demográfica,
2. Paisajes y ordenación territorial donde prevalecen la agricultura y la silvicultura, y
3. Estructuras sociales y formas de vida tradicionales

 

En el caso del Agroturismo, la OMT no tiene ninguna definición oficial, por lo cual en muchos casos se cree que es sinónimo de Turismo Rural, incluso por la misma RAE, ya que en ambos se incluye de manera relevante a la agricultura. Sin embargo, como aproximación podemos tomar en consideración al diccionario del español jurídico de la RAE que define al agroturismo como: “Tarea comercial y recreativa que reúne la actividad agrícola con la turística.”
• En ocasiones conlleva el alojamiento o la oferta de productos vegetales o animales producidos en el mismo sitio donde se lleva a cabo la actividad agraria”

 

Son muchas las actividades gastronómicas y turísticas que se pueden llevar a cabo en los entornos rurales por medio del agroturismo, solo por citar algunas: Realizar labores agrícolas para después cocinar alimentos y elaborar bebidas con los mismos ingredientes que se han recolectado, consumir productos directamente del campo como manzanas, mangos, plátanos, aguamiel, pulque…, visitar una granja para ordeñar vacas y preparar quesos frescos, participar en las vendimias para recoger uva y elaborar vinos, ir en búsqueda de trufa negra o blanca, visitar festivales de productos específicos como la sidra en España, el chile en nogada en México, recorrer una Dehesa donde se alimenta de bellotas al cerdo ibérico y conocer todo el proceso del famoso jamón. Conocer el “mar verde de Jaén” llamado así por la enorme cantidad de olivos y poder participar en todo el proceso de recolección, elaboración y consumo. Visitar rutas como la del tequila en Jalisco o la del cacao en Tabasco y Chiapas México, la del vino en la Rioja España, la del paisaje cultural cafetero en Colombia, las terrazas de arroz en Ubud, Bali, La Ruta del Tabaco en Pinar del Río, Cuba entre otras como tours, experiencias, itinerarios, circuitos...



Para dimensionar el enorme potencial del turismo rural por medio del agroturismo, enoturismo, oleoturismo,... para coadyuvar al desarrollo de los entornos rurales, tenemos que poner en contexto su principal producto tangible, los ingredientes que el territorio o la pachamama (Madre Tierra) pródiga, si se cuida de manera adecuada la biodiversidad, reservas de la biosfera, microclimas, biomas, sistemas agroforestales (Bosque, cacao, café, milpa, metepantle…) y cultivos (Frutas, verduras, legumbres, plantas, tabaco…), para lo cual se deben conceptualizar y desarrollar cadenas de valor agroalimentarias sostenibles con una economía circular.

 

Cadena de Valor Agroalimentaria Sostenible
Para lograr una cadena de valor agroalimentaria sostenible, es importante considerar de manera prioritaria los conceptos de trazabilidad, proximidad y kilómetro “0”, comercio justo, Objetivos del Desarrollo Sostenible ODS, así como la asociatividad de los productores, capacitación técnica, estructuración de servicios de apoyo (crédito, asistencia técnica, provisión de insumos, etc.). Se deben romper paradigmas y cambiar de una economía lineal a una economía circular, donde desaparece el concepto de residuo y todo recurso es nutriente para la naturaleza, la industria o la sociedad.

 

Al acortar eslabones, se puede reducir el terrible intermediarismo, si se contacta y compra directamente el productor en la región de origen, minimizando los efectos del cambio climático integración de stakeholders de todos los grupos de interés que son eslabones de la cadena y clusters agroalimentarios y turísticos, por ser el agroturismo una excelente herramienta para poder obtener ingresos complementarios a los ingresos fijos que obtienen por sus labores agrícolas, al ofrecer experiencias de turismo industrial, tours con senderismo, itinerarios, circuitos, rutas… hasta convertirse en destinos agroturísticos sostenibles. Lo que incrementa la demanda de sus productos finales y compra directa en el sitio, generando beneficios en las comunidades receptoras y comercio justo principalmente con los agricultores, el grupo social más vulnerable de la cadena de valor agrícola, culinaria, gastronómica y turística en países subdesarrollados o en vías de desarrollo.

 

Los líderes del sector empresarial gastronómico y turístico, especialmente los que laboran en el área de alimentos y bebidas, tales como cocineros, reposteros, bartenders, gerentes y propietarios, así como el sector académico en sus líneas prioritarias de investigación o laboratorios de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I), pueden apoyar mucho estas iniciativas al fomentar las relaciones y compras directas con el productor y desarrollar propuestas que diversifiquen con innovación, creatividad y sostenibilidad, minimizando las pérdidas y el consumo energético de los productos finales, al usar por ejemplo todos los derivados del sistema agroforestal del cacao que, es mucho más que solo las semillas que se venden, originando un gran desperdicio de su biodiversidad con la cual se pueden elaborar nuevos platillos, bebidas y menús degustación con la semilla, la harina que se puede extraer de la cáscara de la mazorca del cacao y bebidas con el mucílago o el licor de cacao, talleres de elaboración de chocolate, confitería, coctelería. De igual modo ofrecer de manera planificada y con valores añadidos en una cadena productiva de valor turística y gastronómica, actividades en su entorno rural que sean parte de su cadena de valor agroalimentaria sostenible e incluyente que coadyuven a la paz, generen beneficios y desarrollo en las comunidades de origen del producto.

 

Es claro que lo anteriormente expresado no mitiga los sentimientos de tristeza, frustración, enojo, temor, incertidumbre.... y muchos más que el Coronavirus nos ha implantado más allá de la enfermedad misma y ¡eso si que no lo podemos permitir! pues debemos seguir luchando por nuestra familia, amigos, seres queridos y por la noble actividad del turismo responsable y sostenible que aún en las peores catástrofes, seguirá viajando para ayudar en la recuperación de los destinos más lastimados.

 

 

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