Se han integrado al lenguaje coloquial del sector turístico palabras como conectividad, big data, apps, tecnología disruptiva, realidad virtual y aumentada, códigos Qr (Quick Response), drones, acceso móvil 5 G; gamificación, mapas virtuales y de calor; machine learning, chatbot, Iot (Internet of things), economía colaborativa, ciberseguridad, biometría, blockchain (cadena de bloques), crecimiento asimétrico, transportación virtual... la lista es larga, así que si Usted es profesional de este maravilloso y cambiante sector turístico y desconoce la mayoría de ellas prepárese a evolucionar o desaparecer pues “la digitalización centrada en el cliente es el camino para la transformación en el sector turismo con una inteligencia cognitiva de virtualización, automatización y personalización”, así lo afirmó José María Álvarez-Pallete Director Ejecutivo de Telefónica, en su conferencia dictada en la Feria Internacional de Turismo (FITUR), denominada los Principales Desafíos Tecnológicos para el Turismo en la que es considerada la 4ª Revolución Industrial, para lo cual se requiere de infraestructura adecuada para migrar sistemas analógico a digitales.
La gran mayoría de estas palabras están correlacionadas con la palabra tecnología, cuyo principal objetivo debería ser mayor proximidad con el cliente y agregar valor a sus productos y servicios, pero a pesar de esta revolución turística-tecnológica cada vez más fuerte, se escuchan también palabras como masificación, encarecimiento de los servicios, incremento de la renta inmobiliaria, crecimiento desordenado, congestión turística, incomodidad del residente, TURISTIFICACIÓN y TURISMOFOBIA. Cuidado con quien pronuncie estas dos palabras finales pues le tacharan de alarmista y extremista, aunque la realidad es que “cuando el rio suena es que agua lleva”.
Las grandes empresas transnacionales como Telefónica, Google, Amadeus... solo por citar algunas, se encuentran en una carrera frenética por obtener información del mercado e interpretar esta big data con analítica avanzada, para poder predecir lo que desea el potencial turista y sugerirle más cosas antes de que incluso las piense, hasta llegar a un punto en que el cliente sea quien pregunte y se comunique de manera virtual por medio de voz (chatbot) que le ofrezca un omnicanal-multiplataforma para tener mayor proximidad, funcionalidad (Apps, realidad virtual y aumentada), seguridad (blockchain) que de cómo resultado una experiencia digital que integre al cliente en todas las fases del diseño, ya que le encanta elaborar y consumir (prosumer) su propio producto personalizado, único e inigualable.
Turismofobia
Si se cuenta ya con tanta tecnología de vanguardia y conectividad en países como España entonces ¿por qué aparece el término de TURISMOFOBIA si ha batido records en turismo con más de 80 millones de visitantes internacionales? Si bien no existe en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) la palabra Turismofobia, si existe la definición de fobia que es “Aversión exagerada a alguien o a algo”. ¿Es verdad o falsa esta turismofobia o solo un movimiento mediático para desprestigiar a los destinos involucrados? Por supuesto que no es conveniente ni generalizar ni radicalizar, lo que si es cierto es que en España se usa cada vez más términos no muy amigables como guiri que según la misma RAE significa “Turista extranjero” pero en forma despectiva y en muchas ocasiones para burlarse del mismo. Esta misma postura antagónica se percibe con las palabras Moros (refiriéndose a los árabes) y Sudacas (Sudamericanos) aunque los “estudiosos” del tema elegantemente le llamen “diversidad humana”.
Es evidente que el único inocente en todo esto es “El pobre turista” como bien decía mi querido Maestro el Dr. Felix Tomillo (Q.e.p.d.) sobre quien gira todo alrededor y pocas veces tenemos la sensibilidad de reflexionar acerca de todo lo que tiene que hacer para ahorrar dinero, hacer largas filas y horas de viaje, maltrato a veces en la zona de inmigración e incluso medidas débiles de seguridad que ponen en riesgo su integridad y lamentablemente su vida. Esto nos lleva al siguiente cuestionamiento acerca de esta problemática ¿Si el turista no es el culpable entonces lo es la comunidad receptora?
Si bien es cierto que el turismo puede coadyuvar al desarrollo, también lo es que la falta de planificación, los intereses comerciales de las grandes transnacionales, los políticos corruptos y la falta de gobernanza entre otros muchos factores, pueden acarrear graves problemas a los destinos turísticos dañando especialmente a las comunidades residentes quienes no han sido consideradas en la toma de decisiones acerca de si quieren o no turismo, pues no cuentan con los canales de comunicación para hablar y decir que no o si desean turismo en su entorno, lo que evitaría tomar decisiones y acciones drásticas en contra del “pobre turista” que afecta la imagen de su comunidad y país al no ser valorados o no cumplir con el perfil que la sociedad receptora en su mayoría aprueba.
Por el contrario, en el caso del cliente o visitante sea este turista o excursionista de los destinos turísticos lo que sobran son canales de comunicación en sitios web como Trip Advisor, Minube, Yelp... para compartir sus experiencias “positivas”, (nadie alienta las negativas por el contrario suelen perderse...) ya consideradas “propinas digitales”. Empresas como Trip Advisor cuenta con más de 500 millones de testimoniales, incluso premian a aquellos clientes incitándoles a escribir más y más, pero nadie puede garantizar su trasparencia al ser ellos mismos quienes evalúan las reseñas y deciden subirlas o no. Es claro que hoy el turista por tantos intereses comerciales y la competencia inescrupulosa de las grandes transnacionales, a quien más cree es al mismo turista por tener el poder de comunicación en sus manos con los múltiples Smartphones, y por qué su información llega por medio de las redes sociales a las grandes masas, lo que no pasa en el caso de los residentes para compartir su sentir, sugerencias y recomendaciones que servirían para gestionar una convivencia en armonía con los visitantes.
Turismofilia
Debemos destacar de manera alarmante que estas tecnologías de punta son casi exclusivas a las grandes compañías, por sus altos costes y rápidos procesos de implementación para un retorno de la inversión más rápido y mayor rentabilidad, ante cuyo poderío las pequeñas y medianas empresas poco pueden hacer por lo que, en una apocalíptica visión, en un futuro cercano las GRANDES EMPRESAS DE TECNOLOGÍA PUEDEN ESTAR GESTIONANDO EMPRESAS DE HOSTELERÍA PEQUEÑAS Y MEDIANAS si están no se digitalizan y sobre todo preparan a su equipo humano ¿imposible?, Uber es la mayor empresa de taxis del mundo y no posee ninguno, lo mismo pasa con Airbnb pues son modelos disruptivos que van muy por delante de la normatividad y legalidad.
La inteligencia artificial, tecnología y digitalización pueden ser excelentes herramienta para lograr la TURISMOFILIA, palabra compuesta inexistente ante la RAE, que si define la palabra filia como “Afición o amor a algo” la cual debería ser considerada como una de las bases para desarrollar destinos y territorios turísticos inteligentes (Ver más en https://goo.gl/shavmk) que incluya la sostenibilidad entre otros muchos aspectos, y que tenga como prioridad escuchar a las comunidades receptoras a quienes les sirve de poco tener más turistas si no se tiene desarrollo y calidad de vida por falta de gobernanza, políticas públicas prioritarias y principalmente una planificación inteligente, con un pensamiento exponencial con un plan, programas y proyectos definidos que consoliden el amor entre la comunidad y el visitante al percibir los extraordinarios beneficios de una relación justa, leal y con beneficios a largo plazo.
Lo que sí es una realidad es que el “algoritmo” jamás podrá suplantar el servicio humano de un camarero/mesero y otros puestos de servicio directo al cliente ni la autenticidad del patrimonio cultural e inmaterial, que cada día cobran más fuerza a la hora de seleccionar un destino, ya que la tecnología sin la inteligencia, principios y valores humanos poco vale al menos en el sector de la hospitalidad que es la esencia del turismo y que no pasara nunca de moda por el simple hecho de que dejaría de ser turismo...
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