Martes, 17 Diciembre 2019 18:39

Es momento de decir la verdad

Es momento de decir la verdad

Jose Soto

 

 

 

 

 

Muchas veces decir la verdad no es lo más común en nuestra sociedad ni lo que quisiéramos escuchar, pero hoy más que nunca creo imprescindible hacerlo porque existe en el medio mucha demagogia que nos aleja de la realidad que vivimos y sufrimos. Todos creemos conocer lo que ha pasado y nos detenemos demasiado en averiguar las particularidades del mismo, lo que poco hablamos es del futuro que nos espera, ello porque no entendemos que el pasado es algo inalterable y que, si bien el porvenir es incierto, pero es construible, si damos los pasos adecuados.



Debiéramos comprender que el pasado ya es historia, el presente nos agobia y solo el futuro es el que podemos modificar de acuerdo a nuestros intereses, por ello es momento de unirnos para juntos encontrar una salida al desarrollo, dejemos de agraviar a quienes piensen distinto, porque no podemos darnos el lujo de seguir peleando cuando el barco hace agua por todos lados. Sin duda, requerimos definir un rumbo, en otras palabras, necesitamos identificar un norte-país, que nos permita alcanzar un mañana mejor, donde podamos avizorar para todos un mejor nivel de vida y donde hayamos adquirido una gran conciencia ciudadana, que nos despoje de cualquier interés que no sea el lograr un mejor Perú.



Se dice siempre el Perú es más grande que sus problemas, pero esta frase ha llegado a su límite, en una sociedad donde las dificultades son el pan de cada día y en un país que se encuentra realmente enfermo. Necesitamos esbozar una salida de real crecimiento, a partir de esfuerzos creativos y viables tendientes a lograr una economía sólida, una justicia de acuerdo a nuestra dignidad humana y un futuro más equitativo y cada vez más cercano al bienestar común que el país merece. Esto implica un proceso duradero, que apunte a un desarrollo sustentable, más justo y realmente incluyente.



Todo esto hace necesaria la determinación de un mediano y largo plazo en la elaboración de una política pública nueva y necesaria. Por tanto, los escenarios que se vislumbran en el horizonte plantean como tareas necesarias la planificación y la gestión pública moderna, temas que pocos mencionado en estos días. Más allá de los buenos deseos que hoy escuchamos por doquier, avanzar hacia el desarrollo por medio de un auténtico cambio requiere de una nueva participación del Estado, más políticas públicas de calidad y más planificación estratégica, solo así nos encaminaremos a un país sustentable y sostenido y a una economía, en que la igualdad sea un derecho ejercido por todos sus habitantes. Ello sería posible si damos los pasos correctos, es momento de empezar.



Es bueno no perder de vista que el Perú necesita de esfuerzos conjuntos y armónicos para lograr una economía sólida, que en un futuro nos pueda proporcionar una repartición equitativa de la riqueza, porque ahora los beneficiados son de unos pocos, la gente más necesitada, que es la mayoría, sigue viviendo en la misma miseria de hace muchas décadas. No debemos esperar que el mañana ocurra, porque entonces actuaremos siempre tarde ante problemas ya creados u oportunidades que no podemos aprovechar. Más allá de la coyuntura, requerimos tener una visión completa del desarrollo.



Los momentos que vivimos en los últimos meses, han sido muy difíciles y confusos, pero también resultan decisivos para nuestro futuro como nación, porque definirán la estabilidad democrática, las posibilidades de crecimiento económico, el equilibrio político que requerimos y el ambiente social que atravesará el país los próximos años. Quien escribe es un peruano que contempla lo que ha sucedido en el Perú y más que preocupación por todo lo ocurrido me genera una gran inquietud al evidenciar que quienes tiene que tomar las mejores decisiones en provecho para el país parecen olvidar el fin supremo de nuestra sociedad, es la búsqueda del bienestar y la mejor vida de todos los peruanos.



Si hacemos bien las cosas dentro de poco estaremos en condiciones de convertir al Perú en un país con posibilidades de desarrollo económico, por ello que los problemas actuales no nos hagan olvidar que el nuevo reto es lograr un crecimiento acelerado y sostenido, pero de mejor calidad que el alcanzado hasta la fecha. Más allá de la coyuntura, requerimos tener una visión completa del desarrollo.



Para cerrar las múltiples brechas que nos separan del desarrollo se requiere un esfuerzo consciente y organizado. Esto involucra realizar reformas en áreas fundamentales del funcionamiento de la economía y la sociedad. Comprendamos que una nación desarrollada debe ser entendida como un país en el cual todos los ciudadanos y emprendimientos cuenten con las condiciones y oportunidades necesarias para competir y aprovechar su potencial. El Turismo puede ser una alternativa si recibe la prioridad que los tiempos exigen.



En conclusión, entendamos que el porvenir es susceptible de ser creado y modificado por nosotros, por ende, no debemos esperar que el mañana ocurra, porque entonces actuaremos siempre tarde ante los problemas ya generados. Ya es hora de no solo diagnosticar el pasado y criticar el presente sino también de construir el futuro.

 

 

 

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