Miércoles, 28 Marzo 2018 05:15

Reflexiones de un Ciudadano

Reflexiones de un Ciudadano

Jose Soto

 

 

 

 

 

 

Todos contemplamos con mucha preocupación lo que sucederá dentro de unas horas en el Perú pero lo que genera una gran angustia, es el evidenciar que algunos parecen olvidar el fin supremo de nuestra sociedad, esto es la búsqueda del bienestar de todos los peruanos.


Lo ocurrido entre nuestras autoridades más que una anécdota histórica, es un acontecimiento donde no hay vencedores que ensalzar, finalmente todos son perdedores, pues más allá del razonamiento que pudiera realizarse, la sociedad no ganará nada con esa rivalidad, pues es evidente que relegaron nuevamente a quienes supuestamente defienden, eso es el sentir de muchos.


Los momentos que vivimos resultan cruciales para nuestro futuro como nación, porque definirán la estabilidad democrática, las posibilidades de crecimiento económico, el equilibrio político que requiere nuestra sociedad y el ambiente social que atravesará el país los próximos años.


En ese contexto, las decisiones que se tomen en estos días, redundarán en el crecimiento y desarrollo de la sociedad peruana, no solo en el sentido económico, porque lo económico es una condición necesaria pero no suficiente para elevar el bienestar. La crisis política nos ha demostrado que están en juego otros aspectos transcendentales de nuestro porvenir.


Mientras se discuten procedimientos o formas para destituir al Presidente, se pierde de vista que el Perú requiere de esfuerzos conjuntos y armónicos para lograr una economía sólida, que en un futuro nos pueda proporcionar una repartición equitativa de la riqueza, porque los beneficiados son unos pocos, la gente más necesitada, que es la mayoría, sigue viviendo en la misma miseria de hace muchas décadas.

 

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Estuvimos creciendo durante la última década, debido a que logramos una estabilidad macroeconómica, hemos abierto la economía al mundo y empezado a desarrollar el sistema financiero, no obstante el país tiene todavía una enorme brecha que cohíbe el crecimiento de la productividad y genera una desventaja competitiva frente a países de similar desarrollo.


Esperemos que los problemas actuales no nos hagan perder de vista que el verdadero reto es lograr un crecimiento acelerado y sostenido pero de mejor calidad que el alcanzado hasta la fecha. Más allá de la coyuntura, requerimos tener una visión completa de desarrollo que nos ayude a responder a ¿Qué nos hace falta para desarrollarnos?


No he pretendido describir lo sucedido ni tampoco en estas líneas realizar un análisis político, ya bastante se ha escrito, lo cierto es que muchos somos conscientes que finalmente esto no conllevará a nada bueno, pues la inestabilidad generada no ayuda a mantener el orden y el equilibrio en nuestras vidas.


Considerando los últimos acontecimientos, la realidad en que vive nuestra sociedad, es el resultado de un conjunto de paradigmas negativos sobre el desarrollo presente y futuro de nuestra sociedad. Para ser un país desarrollado tenemos que dejar posiciones y modelos mentales nocivos, los cuales solo se irán suprimiendo, en la medida en la que los gobiernos eduquen mejor a la población. La educación hace libre y nivela a las personas, constituyéndose en la base para acabar con la pobreza y la mediocridad. Seamos conscientes que todos los países desarrollados tienen en común: una buena educación. Este es otro gran problema a superar en el país.


Sería mejor si se asumiera que el nuevo reto es lograr un crecimiento acelerado y sostenido pero de mejor calidad que el alcanzado hasta la fecha. Tener una visión más completa del desarrollo quizás ayudaría a responder a que nos hace falta, pero además da una mejor idea de la magnitud del desafío, lo cierto es que lo faltante que se observa en cada uno de los sectores económicos no se va a ir cerrando automáticamente conforme el país crezca.


Para cerrar las múltiples brechas que nos separan del desarrollo se requiere un esfuerzo consciente y organizado. Esto involucra realizar reformas en áreas fundamentales del funcionamiento de la economía y la sociedad. Por fin, comprendamos que una nación desarrollada debe ser entendida como un país en el cual todos los ciudadanos y emprendimientos cuenten con las condiciones y oportunidades necesarias para competir y aprovechar su potencial.

 

 

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