Martes, 18 Febrero 2020 17:20

¿Ahora que debiéramos hacer los peruanos?

¿Ahora que debiéramos hacer los peruanos?

Jose Soto

 

 

 

 

 

Pasaron las elecciones y con ellas dejamos atrás cientos de propuestas para mejorar la situación del país. Ahora retomamos la realidad con un nuevo ambiente político, que no sabemos si mejorará la situación que tuvimos meses atrás, o si la decisión tomada complicará aún más nuestra situación como nación. La desilusión nos gana al darnos cuenta que la democracia directa no nos asegura una solución de la crisis que vivimos. Seguimos pensando que el Perú es más grande que sus problemas, pero ello ya nos reconforta, porque lo que transitamos es una sociedad donde las dificultades son el pan de cada día, en un país que se encuentra enfermo y donde los remedios efectivos son muy escasos.



Pero la esperanza que tenemos en este suelo que nos vio nacer nos dice que debemos seguir apostando por el Perú y por su futuro. Porque más allá de los complicados sucesos que nos ha tocado vivir y luego contar a nuestros hijos y nietos, existe una población honesta que lucha día a día por un futuro mejor. Lo cierto es que, en el Perú, seguimos sentados en un gran banco de oro, lo cual una famosa frase acuñada por el sabio Antonio Raimondi, que sigue siendo cierta y demostrada en los hechos. Quienes queremos pensar en un futuro, consideramos que el Perú está lleno de incalculables recursos incluido su hospitalaria y amable gente, que son los pilares fundamentales para su desarrollo, y evidencian la inmensa riqueza que poseemos.



El futuro resulta lo más importante, porque es donde vamos a vivir el resto de nuestros días y por ello tener una examen adecuado del futuro nos permite estar preparados y actuar con bajo riesgo de fracaso y menor incertidumbre del entorno. No debemos sumergimos en nuestros problemas y tampoco en discusiones justificadas o desproporcionadas, no podemos darnos el lujo de detenernos en situaciones del pasado, tenemos que mirar al mundo de modo diferente y encontrar respuestas porque es el presente donde estamos construyendo el futuro.  Sin duda, el porvenir es susceptible de ser creado y modificado por nosotros, por ende, no debemos esperar que el mañana ocurra, porque entonces actuaremos a última hora y ello no solucionara nuestros problemas.



Por ello desde una perspectiva diferente a los últimos acontecimientos, sería mejor si se asumiera que el nuevo reto es lograr un crecimiento acelerado y sostenido, pero de mejor calidad que el alcanzado hasta la fecha. Tener una visión más integral del desarrollo quizás ayudaría a responder a ¿Qué falta para mejorar como sociedad?, además ello nos otorgaría una mejor idea de la magnitud del gran desafío que nos espera en los próximos años. Lo cierto es que las carencias y desigualdades que se observan en cada uno de los sectores económicos no se va a ir cerrando automáticamente conforme el país crezca, porque del crecimiento debemos de pasar al desarrollo que todos anhelamos.



En conclusión, para cerrar las múltiples brechas que nos separan del desarrollo se requiere un esfuerzo consciente y organizado. Esto involucra realizar reformas en áreas fundamentales del funcionamiento de la economía y la sociedad. Comprendamos que una nación desarrollada debe ser entendida como un país en el cual todos los ciudadanos y emprendimientos cuenten con las condiciones y oportunidades necesarias para competir y aprovechar su potencial.

 

 

 

 

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