Lunes, 16 Abril 2018 14:08

Clústers Turísticos Empresariales

Clústers Turísticos Empresariales

Miguel Acerenza

 

 

 

 

 

 

Cluster una Alternativa para Fortalecer la Competitividad II: Clústers Turísticos Empresariales

 

Establecido el marco conceptual que considerábamos conveniente precisar en torno a los clusters, analizaremos ahora la posibilidad de aplicar este concepto en el campo del turismo, tanto a nivel empresarial como institucional, explicando los resultados obtenido en las iniciativas que se han llevado a cabo en tal sentido, comenzando por los denominados clusters empresariales.

 

CLUSTERS TURÍSTICOS EMPRESARIALES

 

Si bien es cierto que la OCDE considera que el concepto cluster no resulta aplicable cuando las empresas pertenecen a un mismo sector, por el hecho de no existir economías de escala, debe decirse que el propósito de agruparse para obtener economías de escala se da fundamentalmente en las empresas del sector industrial. En el caso de los servicios la finalidad del agrupamiento de las empresas del sector puede estar relacionada con la explotación comercial de un segmento o nicho de mercado específico. Por lo que en turismo podría darse esta posibilidad.

 

Sin embargo la estructura del sector en los destinos turísticos no es muy propicia para ello. El tejido empresarial está compuesto por micro y pequeñas empresas, en su gran mayoría micro, las que con la excepción de los pequeños y medianos hoteles que son propietarios de sus inmuebles, no son sujetas de crédito por carecer de activos fijos que puedan respaldar una solicitud de financiamiento para el desarrollo de sus negocios. Por lo general no existe tampoco un entramado de relaciones tanto vertical como horizontal o transversal entre las empresas. Sus relaciones no van más allá de acuerdos comerciales entre los proveedores de servicios turísticos y sus intermediarios relacionados con los niveles de comisión por la venta de los servicios. Prácticamente no se asocian para el desarrollo de productos conjuntos, lo que pone en evidencia la falta de visión de largo plazo en la conducción de los negocios, requerimiento este imprescindible para poder integrarse en un cluster.

 

En adición a lo anterior, debe decirse que además de mantener una escala mínima de operación, las empresas deben desarrollar sus actividades en un ambiente altamente competitivo, lo que las obliga a mantener una cierta reserva sobre los mercados, sus clientes, y desde luego, sobre sus estrategias comerciales. Todo lo cual constituye también un obstáculo para lograr la confianza y cooperación necesaria para la asociación con otras empresas, principios en los cuales debe sustentarse la integración y desarrollo de un cluster empresarial.

 

Algunos de los proyectos encarados en tal sentido no han tenido éxito, y como prueba de ello mencionaremos el resultado de la iniciativa emprendida para desarrollar un cluster empresarial en Punta del Este, Uruguay, en el año 2007, mediante un acuerdo de cooperación con la Unión Europea, cuyos antecedentes están disponibles en la red.

 

El diagnóstico de situación de la estructura empresarial local realizado al efecto, mencionaba que cada segmento de la oferta perseguía su propia lógica y política de competencia vinculada a la calidad o al precio, e indicaba que la calidad era considerada en nichos empresariales, cada uno independiente, sin reglas o niveles comúnmente aceptados, y mencionaba en forma textual; “actualmente es notoria la ausencia de una dirección, estratégica o visión compartida de trabajo. Esta ausencia se vuelve más evidente en los periodos de dificultad, cuando la oferta espontáneamente organizada no es adecuada para producir señales significativas y sencillas, a interpretar por empresas de varios tipos, sin interrelaciones organizadas, y manejadas en su mayoría por personal con baja formación profesional” 1

 

Como se puede observar, el diagnóstico ponía de manifiesto que las condiciones de la estructura empresarial no eran propicias para la constitución de un cluster empresarial en el destino. Las empresas actuaban en forma independiente sin interrelación entre ellas. Pero sin duda lo más importante a destacar, es que mencionaba que la mayoría de ellas eran manejadas por personal con baja formación profesional, carente de una visión compartida de los negocios.

 

No obstante lo cual se efectuó una convocatoria para la presentación de propuestas de perfiles de productos turísticos colectivos, relacionados con el cluster empresarial de Punta del Este y su visión estratégica, a la cual podían postular empresas del sector turismo y proveedores de las mismas. Estableciéndose en dicha convocatoria como requisito para la presentación de las propuestas, un mínimo de 4 empresas.

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1. Diagnóstico Participativo del Cluster de Punta del Este, Setiembre de 2007, pág. 40 (disponible en la red)

 

De acuerdo con la situación que mostraba el diagnóstico, el resultado de la convocatoria era previsible, a 6 años del llamado (2007-2013) no hubo propuestas favorables del sector empresarial, y la iniciativa para la formación del cluster no prosperó.

 

Lo cual demostró que la constitución de un cluster empresarial en un destino no es tan fácil como se piensa. Las empresas además de estar concentradas espacialmente, debe tener una escala operacional razonable, estar relacionadas entre ellas, y contar con capacidad financiera y gerencial como para encarar un nuevo negocio. Si no se cumple con estos requisitos, es preferible optar por la constitución de un cluster institucional, el cual difiere del empresarial tanto en su propósito como en su composición, como veremos en el próximo artículo.

 
 
 
 

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