Imagen de cabecera: Palacio del Capitolio - Tolouse - llmc
Uno de los aspectos más visibles que influyen en la percepción que el turista puede tener del destino, es su entorno paisajístico y la imagen urbana. Por lo que evitar su deterioro, y en su casos regenerarlos si estos han sido dañados, debe ser motivo de constante preocupación para que no afecten la competitividad del lugar. En este artículo sugerimos algunas medidas que pueden ayudar a mantener en buen estado de conservación ambos aspectos.
Mantenimiento del entorno paisajístico del destino
Entre las posibles acciones que pueden considerarse para evitar el deterioro, tanto el entorno paisajístico como la imagen urbana del destino, están las siguientes:
a) Implementar políticas conducentes a la organización del espacio turístico y el desarrollo urbano del destino, que establezcan límites al uso del suelo en función de su capacidad de carga, a fin de evitar el exceso de urbanización que conlleva a una progresiva degradación del entorno, e incluso la afectación del medio ambiente.
b) Establecer normas edilicias, de manera que la edificación se desarrolle en armonía con el entorno natural del lugar.
c) Contener el crecimiento urbano en zonas amenazadas por el exceso de edificación, y en su caso, recuperar espacios verdes mediante el esponjamiento de las áreas saturadas.
d) Promover la revitalización del espacio urbano que ha perdido su funcionalidad como consecuencia del crecimiento urbano del lugar.
Los problemas resultantes del desarrollo urbano desordenados son, quizá, uno de los mayores problemas a los cuales se enfrentan los destinos turísticos. Problemas que en la mayoría de los casos son causados por la gran presión política que ejercen los desarrolladores inmobiliarios, quienes buscan siempre el máximo rendimiento de sus inversiones en el corto plazo.
El destino debe velar siempre por el fiel cumplimiento de las ordenanzas municipales en materia de urbanización y construcción.
Cuidado de la imagen urbanda del lugar
En lo que se refiere a la imagen urbana deben emprenderse acciones para el mantenimiento de la misma, y evitar la degradación física y visual del lugar. Algunas de las medidas que pueden tomarse en este sentido son:
a) Mantenimiento de los accesos al destino, la red vial (incluido el ordenamiento del tráfico vehicular), estacionamientos públicos (sobre todo en zonas cercanas a los atractivos turísticos), y miradores.
b) Embellecimiento continuo del entorno visual, paseos públicos /parques y jardines), zonas peatonales, espacios de convivencia, y adecuación del mobiliario urbano, iluminación y adecuada señalización.
c) Mejora y embellecimiento de las zonas históricas y los vestigios de culturas antiguas (en el caso de que las hubiera)
Tanto el estado de conservación de la infraestructura como la calidad de la imagen urbana que muestre el destino influyen en la percepción positiva de los turistas sobre el lugar, y contribuye a incrementar la competitividad del mismo como destino turístico.
Por supuesto que estos aspectos contribuyen al mantenimiento del atractivo del destino, pero deben ser complementados con un buen nivel de calidad en los servicios turísticos que ofrece para competir con éxito en los mercados, frente a las ofertas de los destinos competidores.
Razón por la cual en el próximo artículo nos ocuparemos de comentar los requisitos para mejorar los servicios turísticos y el poder competitivo de las empresas prestadoras de los mismos.
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