Viernes, 23 Noviembre 2018 14:28

Sostenibilidad del turismo I

Sostenibilidad del turismo I

Miguel Acerenza

 

 

 

 

imagen portada: llmc

Antecedentes del concepto de desarrollo sostenible

 


El turismo no es una actividad que funcione en forma independiente del proceso de desarrollo nacional, por lo que su conducción debe encararse en el contexto de los planes nacionales de desarrollo de los países. Razón por la cual en esta nueva serie de artículos consideramos conveniente comenzar con algunos comentarios acerca de la evolución que experimentó el concepto de desarrollo, hasta llegar al que hoy conocemos como desarrollo sostenible al cual hacemos mención, en cuyo ámbito debe conducirse la actividad turística. Enseguida entonces unos breves comentarios al respecto.

 

EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE DESARROLLO
El concepto de desarrollo es todavía objeto de una gran confusión porque muchos siguen pensando aún que desarrollo es crecimiento, desconociendo tal vez, que ya en los años 60 del siglo pasado se comprendió que el desarrollo no podía ser considerado sólo como “crecimiento económico”, reconociendo dos dimensiones distintas del mismo, a saber; el “crecimiento económico”, y el “nivel de vida de la población”. Dando origen así al concepto conocido como desarrollo económico y social, fuertemente impulsado durante las décadas de los años 70 y 80 por las agencias internacionales de desarrollo, entre ellas el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

La crisis ambiental puesta de manifiesto en el conocido como Informe de la Comisión Brundthand de las Naciones Unidas en 1987, obligó a revisar el concepto de desarrollo que hasta entonces no consideraba al medio ambiente como una variable en este proceso. Como resultado de dicho informe, en ocasión de la Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Rio de Janeiro en 1992, denominada Cumbre de la Tierra, con la adhesión de casi todas las naciones del mundo, se adoptó el concepto de desarrollo sostenible, el cual había sido definido con anterioridad por la propia Comisión Brundthand como “el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
El propósito del desarrollo sostenible, de acuerdo con la citada definición, es satisfacer las necesidades de las personas para el logro de una mayor calidad de vida, en armonía con los ecosistemas de los cuales dependen. En tendiéndose por calidad de vida a la combinación de la calidad de las condiciones materiales de vida de una persona, y la satisfacción en su escala de valores, aspiraciones y expectativas.

 

Las pautas para el desarrollo sostenible quedaron plasmadas en la Declaración de Rio sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, emanada de la mencionada Cumbre de la Tierra, la cual define los derechos y responsabilidades de las naciones en búsqueda del progreso y el bienestar de la humanidad, así como en un programa de acción sobre el desarrollo sostenible denominado Agenda 21, donde se detallan las recomendaciones tendientes a un desarrollo sostenible desde el punto de vista económico, social y ecológico.

 

En consecuencia, dado que el desarrollo es un proceso en el cual todos los factores que intervienen son interdependientes y deben actuar como tales, de acuerdo al compromiso contraído por las naciones al suscribir la Declaración de Rio, estas tienen que definir la “política nacional de desarrollo sostenible” donde se establezcan las directrices a las que deben ajustarse todas las actividades a llevar a cabo para el progreso y el bienestar de la población, en armonía con la preservación del medio ambiente.
Es precisamente en el marco de esta política nacional de desarrollo sostenible que se deben formular las “políticas sectoriales de desarrollo”. Queda claro entonces que el desarrollo sostenible del turismo no es una decisión voluntaria de los gobiernos en turno. Desde el momento que los Congresos de los países ratificaron la firma de la Declaración de Rio, esta tiene fuerza de ley, y por tanto, de observancia obligatoria para todos los sectores.

 

En el próximo artículo veremos cómo se produce la aplicación de los principios de sostenibilidad en el ámbito del turismo.

 

 
 
 

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