Nueva York, Madrid, Londres, Paris, Bruselas, Barcelona, tal parece que el terrorismo sabe dónde pegar. Van a donde más nos gusta y donde mejor lo pasamos. Van donde inocentes y desprevenidos turistas disfrutan paseando, conociendo, comiendo bien, viendo algún espectáculo y son agredidos porque son culpables de querer disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Por eso París, una de las ciudades del mundo que más turistas recibe, ha sufrido varios atentados en los últimos años. Entonces todos nos asustamos y algunos en actitud muy comprensible postergan su visita a esta ciudad imperdible. Pero un flujo importante de visitantes se mantiene y al poco tiempo se recupera, como está pasando ahora.
Según informa Le Quotidien du Tourisme, una encuesta coyuntural de Atout France indica que en la primavera austral la ocupación fue muy buena y el verano, tras un inicio lento, terminó siendo una temporada record esperándose que el otoño siga confirmando el retorno masivo de turistas a París.
Mientras los británicos siguen a la cabeza en cuanto a la llegada de turistas, la más importante recuperación ha sido de los estadounidenses seguidos por los chinos. El notable regreso de los viajeros chinos a París, dice LAPECHE, está señalando la llegada de un turista más joven, más dinámico “buscando autenticidad” y por eso andan en el metró y compran donde compran los franceses sin perjuicio de los numerosos autocares turísticos que se ven por toda la ciudad.
La noticia no puede ser más que bienvenida, por la cantidad de trabajo que genera esta actividad, por lo que representan París y Francia para el turismo mundial y por la resiliencia que ha venido demostrando esta actividad en los últimos años.
Es además y principalmente, una demostración de lo que significa mantener una oferta atractiva más allá de cualquier coyuntura. Paris satisface con sobrado éxito todos los principales rubros que atraen al turista:
- Lugares para Visitar.
En París y sus alrededores, monumentos y una variedad de museos que se acrecienta y actualiza en forma permanente.
- Compras.
Grandes marcas, grandes y pequeñas tiendas donde comprar es un placer.
- Gastronomía.
Ya sea en una comida al paso o en un gran restaurant todo es de primer nivel.
- Vida Nocturna.
Variada y famosa.
- Infraestructura.
Tanto en hotelería como en transportes calidad e innovación en todos los niveles.
- Eventos.
Grandes “Salones” y nutrida agenda de espectáculos.
Paris es, finalmente, un ejemplo de como un destino puede superar la estacionalidad y las bruscas variaciones que se producen por en el valor de la moneda, e inflación y otras contingencias.
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