En la Fotografía: Baño Turco Cemberlitas Hamami, Estambul
Quien más quien menos, todos, soñamos con conocer distintos lugares del mundo. Yo he tenido la suerte de viajar y conocer algunos de ellos. La mayoría de esos lugares cumple con nuestras expectativas.
Otros nos desilusionan. Se dice que les pasa a muchos con la Mona Lisa, debe ser que cuando uno logra acercarse a ella eludiendo chinos, la ven muy chiquita e impávida. En realidad a mí me pasa más o menos lo mismo. Prefiero ver cómodamente sus vecinos Tizianos y la Virgen, Santa Ana y el Niño del mismo Leonardo.
Hay también lugares que uno se encuentra, “que descubre” que no esperabas ver y te maravillan, posiblemente por eso, uno los toma como propios lo que no te puede pasar con Las Meninas de Velázquez o el Rockefeller Center que son de todo el mundo.
Esta es una lista abreviada de algunos de mis lugares favoritos:
Houston Rothko Chapel. Mi descubrimiento favorito, quizás porque Houston, no recibe mucho turismo desde estas latitudes, quizás porque la ciudad no le da el destaque que a mi entender, se merece o porque está en Texas, donde creemos que solo hay cowboys petróleo. En el frente de la Capilla hay una alberca con un obelisco quebrado en memoria del Dr. Martin Luther King Jr.
El edificio octogonal fue diseñado por el arquitecto Philip Johnson. Es un lugar de meditación y paz sin ningún símbolo religioso o de creencia alguna. De sus paredes cuelgan once monumentales pinturas de Marc Rothko, muy oscuras pero con esa vibración que él sabe darle a los colores. La luz es cenital y en el interior no hay otros elementos que algunos almohadones de tela rugosa y obscura que hacen juego con las obras de Rothko. Como a la entrada hay una cantidad de libros sagrados, tomé uno de ellos y leí unas páginas, lo que me consumió el tiempo libre que tenía para recorrer la ciudad.
Estambul. Baño Turco. Puede parecer una obviedad hablar de un baño turco en Turquía donde los grandes hoteles tienen fantásticas instalaciones y la última palabra en tratamientos. El Cemberlitas Hamami construido en 1584 por orden de Nurbanu la esposa del sultán Selim II y madre de Murat III, te transporta, además, a otra cultura y otro tiempo.
La entrada al edificio y los vestuarios para cambiarse sorprenden por su sencillez e incluso humildad, todo cambia al entrar a la gran sala de baños, toda de mármol, con una arquitectura similar a la de las mezquitas y espléndida cúpula de aperturas vidriadas.
Alrededor de la sala, contra la pared, están las banquetas junto a grandes piletas de bronce en la que los encargados te bañan y limpian fuertemente con esponjas naturales. Luego se pasa a una gran plataforma central también de mármol para recostarse a descansar. Lo cierto es que se sale de ahí totalmente renovado limpio incluso de tus pecados.
Nueva York Conservatory Garden. El único bien cuidado Jardín de Central Park es quizás poco visitado por encontrarse en el extremo norte del parque, sobre la Quinta Avenida entre las calles 104 y 106 del lado Este. Se accede por un magnífico portón de hierro, hecho en Francia en el siglo xix, para la mansión de la familia Vanderbilt que se alzaba en el extremo sur del parque.
Es el único jardín formal del Central Park y ocupa una superficie de 24,000 m2. Divida en tres jardines de tres estilos diferentes: francés, inglés e italiano. Los tres con distintos trazados, flores y árboles, hay fuentes, esculturas y glorietas, recorrer sus senderos representa un verdadero placer y un remanso de paz dentro de la ciudad y del propio Central Park.
Cuernavaca México, Las Mañanitas
A hora y media de Ciudad de México Cuernavaca es una agradable ciudad, de estupendo clima, que tiene muchas cosas para visitar, como el Palacio de Hernán Cortés y la Catedral. Su punto más alto es el bar y restaurante Las Mañanitas -también es hotel- que no deja a nadie Indiferente. Un edificio colonial en el que su jardín es su mayor encanto, con grandes palmeras, jacarandá, acacias y cuidado césped. Por él se pasean pavos reales, guacamayas y otros aves exóticas que le dan un carácter muy especial.
En el jardín la gente se sienta a beber algo que se sirve con una abundante picada (botana), mientras frente a tu mesa clavan en el césped un cuadro con el menú para ir eligiendo lo que vas a ordenar. La comida es básicamente francesa, (pertenece a la renombrada cadena Relais & Chateaux) aunque no faltan platillos de la rica gastronomía local. Los frutos del mar no fallan y el fondant de chocolate con frutos rojos es insuperable. Con todo lo que hay para ver en la capital mexicana almorzar en Las Mañanitas puede ser una buena opción, pero en el camino a Taxco es obligatorio.
Sud África Robben Island
Recién en mi último viaje a Sud África, acabado el apartheid, pude conocer Robben Island la prisión donde estuvo preso Nelson Mandela durante 18 años. El ferry sale del Waterfront V&A y demora aproximadamente una hora navegando por la espectacular Bahía de la Mesa con la Montaña de la Mesa en las espaldas. Por el contrario la pequeña isla Robben se ve desde el barco como la Isla de Flores desde la paya Honda.
Una vez llegado lo que se ve no es nada impactante, ni la naturaleza ni las construcciones ni el pequeño museo que sirve para ilustrar sobre la historia de la isla y de su huésped más ilustre Madiba- sobrenombre que significa respeto y cariño con el que llamaban a Mandela en su impronunciable lengua xhosa. El relato era enriquecido por el guía era un ex preso político, compañero de Mandela.
En el celdario todo cambia al llegar a la celda N° 5 , donde había estado preso Mandela, un pequeño cubículo de cuatro metros cuadrados donde un balde de hierro y una palangana hacen las veces de cuarto de baño. Desde ese lugar mantuvo en jaque al gobierno que detentaba la supremacía blanca y se ganó el respeto y cariño del mundo, incluso de sus propios carceleros.
La pequeñez de esa celda que fue a su vez laboratorio, gabinete de trabajo, aula, y centro de poder agigantó aún más la figura de ese ocupante. Cuando uno visita lugares como éste se sale apesadumbrado, agobiado por las duras condiciones a que fueron sometidos sus ocupantes forzados. Por el contrario salí de Robben Island reconfortado y lleno de admiración por este ser humano que derrotó al racismo institucionalizado, fue el primer presidente negro de África del Sur en una transición lograda con respeto y ecuanimidad para todos.
Con ese espíritu, de vuelta al muelle del Waterfront V&A recorrí su gigantesco centro comercial con centenas de tiendas, decenas de restaurantes y un mercado de artesanías africanas donde encontré piezas excelentes, en precio y “no fabricadas”.
Hong Kong. Los toilettes de Felix. Hay bahías que siempre me deslumbran: Río, Acapulco, Ciudad del Cabo, Nápoles y Hong Kong. Esta última te deja sin aliento. Me ´podría pasar un día viajando en el Star ferry entre Kowloon y la Isla de Hong Kong, pero la vista desde Felix, el lujoso Avant Garde Dining del piso 28 del Hotel Península supera todo lo que puedas imaginar. Decorado por Philippe Starck, la muestra de un modo diferente, para eso hay que ir las impecables y suntuosas toilettes.
Separados los de Damas de los de los Caballeros por un grueso cristal esfumado de arriba para abajo hasta la altura de las rodillas, el movimiento-ballet de elegantes zapatos y bien formadas pantorrillas que se aprecia del otro lado del cristal crea una sensación por lo menos inquietante.
Los urinarios masculinos están colocados frente a unos grandes ventanales desde donde se obtienen las vistas más impactantes de la bahía. Aunque es un restaurante, se puede ir a tomar una copa culminando una memorable velada.
MADRID. Las Descalzas Reales.
En el palacio donde residieron Carlos I e Isabel de Portugal y nació doña Juana, funciona desde 1557 un convento de monjas de estricta clausura, razón por la cual su visita tiene horarios muy estrictos y limitados.
Como las reclusas que estaban ahí, algunas por mala conducta, según las malas lenguas, pertenecían a varias casas reales, el convento y sus celdas pueden considerarse un muestrario de arte de toda Europa: tallas, pinturas, frescos e incluso tapices belgas hechos a partir de cartones de Rubens. A través de una hendija pude ver a unas religiosas cultivando el huerto donde crecen “las lechugas más caras de Madrid” dado el alto valor de la tierra en Callao, pleno centro de Madrid.
Londres Fortnum and Mason
Entré una vez a curiosear uno de esos Clubs muy privados de la calle Piccadilly y en su lobby me atrajo una revista que se ofrecía en su pequeña tienda. Cuando me aprestaba a pagarla un portero se acercó y me pidió imperativa y amablemente que me retirara, sin dejarme finalizar la compra. No es demasiado fácil ingresar a esos círculos cerrados de la aristocracia inglesa por más que estemos familiarizados con ella a través de libros, revistas, películas y, más recientemente, series.
En la provisión (food hall) fundada en 1707 por William Fortnum y Hugh Mason podemos vislumbrar algo de eso en vivo y en directo. Y algunas cosas más. Ubicada en la misma calle Picadilly ostenta orgullosa en su frente el escudo de proveedores de la corona y un gran reloj en la que las figuras de sus fundadores salen a cada hora a saludarnos.
El interior deslumbra: alfombrado en rojo e iluminado con arañas de cristal, el lugar donde venden frutas procedentes de todo el mundo, parece más bien el escaparate de una joyería. Todo está presentado así sus productos mundialmente famosos incontables tipos de tés, mermeladas incluso de champagne y entre otras cosas sus famosas canastas preparadas para pic-nics ideales para llevar en tu Rolls Royce y una más democrática y accesible variedad de galletitas.
El personal llama la atención por su impecable presentación sea cual sea la función que desempeñe. Contratamos la mejor gente, para ofrecer la mejor experiencia, dicen en la firma. Visitar Fortnum and Mason es algo que siempre recomiendo, en forma especial a los jóvenes ya que mantener la calidad y las tradiciones lejos de ser un lastre le ha permitido expandirse en todos los aspectos y en todo el mundo.
Dicen que es común en Fortnum and Mason encontrar gente de la realeza. Nunca los he visto y ellos tampoco me han reconocido. Igual siempre salgo muy contento con mis latas de galletitas.
Paris Plaza Furstenberg
Sería muy pretencioso de mi parte adjudicarme el descubrimiento de uno de los rincones más deliciosos de París, ya que ha sido fotografiada y pintada infinidad de veces, apareció en películas y hasta vi en televisión a Francis Mallmann cocinando ahí. Sin embargo no parece figurar en los ligares imperdibles de París. Es un lugar de paz, romántico, que basa su belleza en la sencillez, me atrevo a decir, minimalista ya que es una pequeño espacio redondo con cuatro árboles y una columna central de hierro con cuatro faroles. Ahí se encuentra la que fuera casa-taller, ahora museo, del artista Eugenio Delacroix quien diseñó un jardín que contribuye al encanto del lugar.
Está situada en Saint Gernain des Prés, Distrito 6°. Al escribir esta lista de “los cajones de mi memoria” van surgiendo más y más lugares. Enumerarlos sería abusar de la paciencia de los lectores y de la generosidad del editor. Los guardamos para futuras entregas.
Nota del Autor: La presente serie de artículos representa una recopilación de experiencias adquiridas en más de sesenta años de viajes por los cincos continentes. La información contenida en ellos ha sido en lo posible, confimada por distntas vías, pero no debe ser tomada como una guía turística actualizada.
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