Lunes, 20 Noviembre 2017 19:57

Turismo Espacial Low Cost

Turismo Espacial Low Cost

Francisco Muñoz de Escalona

 

 

 

 

 

 

Un joven ingeniero español, José Mariano López -Urdiales, fundador de Zero2Infinity, ha dado un paso más hacia la socialización del turismo del futuro, que no es otro que el turismo espacial. Pedro García Campos daba así la noticia en un breve reportaje publicado en elpais.com el 05-11-2017:


Antes de lanzarse a fundar su propia empresa, Zero2Infinity, en 2009, el español ya había publicado algunos artículos en los que hablaba de las posibilidades que ofrecían los globos estratosféricos como vía alternativa a los métodos convencionales para acceder al espacio. Precisamente, uno de los elementos más caros y peligrosos de intentar colocar objetos allá arriba son los cohetes utilizados para levantar los satélites o las naves y atravesar la atmósfera. Un coste tan elevado que ha sido durante mucho tiempo uno de los frenos más severos a la carrera espacial, hasta que SpaceX, la empresa de Elon Musk ha demostrado que puede haber cohetes reutilizables.

 

La propuesta de López-Urdiales, en cambio, encierra la belleza de la simplicidad:

 

“En lugar de luchar contra la naturaleza somos su aliado. La gravedad nos atrae a la tierra. El aire nos frena si nos intentamos mover. Pero si utilizamos un globo, esa misma gravedad y ese mismo aire nos ayudan a salir. Y nos ayudan a salir hasta donde ya es fácil coger velocidad. En lugar de imponer nuestra realidad, nuestra ingeniería a la naturaleza, debemos entender la naturaleza para conseguir nuestros objetivos de una forma más armoniosa”.

 

aeropuerto Arabia Saudi


Liviandad frente a pesadez, comenta el reportero. Creatividad + Ingeniería, añadimos nosotros es el mismo binomio que puso en marcha el turismo en el siglo XVIII, entonces fue la recién inventada máquina de vapor montada en una locomotora que se movía gracias a un camino de hierro.

 

El desarrollo del motor de vapor impulsó la idea de crear locomotoras de vapor que pudieran arrastrar trenes por líneas. La primera fue patentada por James Watt en 1769 y revisada en 1782, pero los motores eran demasiado pesados y generaban poca presión como para ser empleados en locomotoras. En 1804, utilizando un motor de alta precisión, Richard Revithick presentó la primera locomotora capaz de arrastrar un tren en Merthyr Tydfil (Reino Unido) Realizada junto a Andrew Vivian, la prueba tuvo un éxito relativo, ya que la locomotora rompió los frágiles railes de chapa de hierro

 

En 1811, John Blenkinson diseñó la primera locomotora funcional que se presentó en la línea entre Middleton y Leeds. La locomotora, denominada Salamanca, se construyó en 1812. En 1825, George Stephenson construyó la Locomotion para la línea entre Stockton y Darlington, al noreste de Inglaterra, que fue la primera locomotora de vapor que arrastró trenes de transporte como negocio. En 1829 también construyó la locomotora The Rocket. El éxito de estas locomotoras llevó a Stephenson a crear la primera compañía constructora de locomotoras de vapor que fueron utilizadas en las líneas de Europa y USA.

 

primer ferrocarrilEn 1830 se inauguró la primera línea de ferrocarril interurbano, la línea entre Liverpool y Manchester. La vía utilizada era del mismo tipo que otras anteriores, como la del ferrocarril entre Stockton y Darlimgton. El mismo año se inauguró el primer tramo de la línea entre Baltimore y Ohio, la primera en unir líneas individuales en una red.

 

En los años siguientes, el éxito de las locomotoras de vapor hizo que las líneas de ferrocarril y las locomotoras se extendieran por todo el mundo. Una de ellas fue la que unió Leicester con Loughborugh en 1841. Fue la inauguración de esta línea la que sugirió a Thomas Cook, un militante contra el alcoholismo residenciado en la primera ciudad citada fletar un tren discrecional para asistir con sus correligionarios, en la segunda, a un congreso organizado por el movimiento antialcohólico. A pesar de que este primer viaje organizado de la historia, el primer tourist-package, dicho en nuestra terminología, el primer turismo alterproducido, no le resultó especialmente rentable, Cook se dio cuenta de que la producción de turismo podía convertirse en un negocio exitoso. Por ello, años más tarde, fundó la primera industria turística, la Thomas Cook & Son. En 1851, ya instalado en Londres, explotó exitosamente la Primera Exposición Universal como factor incentivador de turismo logrando venderlo en numerosos países europeos y americanos. El turismo moderno acababa de iniciar su travesía hacia su imparable socialización gracias a ofrecerse a precios cada vez más bajos.

 

Pues bien. Estamos a las puertas de que acontezca con el turismo espacial o cósmico lo mismo que aconteció con el turismo terrestre. Es obvio que existe una demanda potencial de quienes aspiran a contemplar el planeta tierra desde el espacio, para extasiarse contemplando nuestro hogar azul flotando en el espacio, para regresar a él con las retinas cargadas de bellas imágenes. Y a precios asequibles.

 

Precisamente, uno de los elementos más caros y peligrosos de intentar colocar objetos en la estratosfera son los cohetes utilizados para levantar los satélites o las naves y atravesar la atmósfera. Un coste tan elevado, que ha sido durante mucho tiempo uno de los frenos más severos a la carrera espacial, hasta que SpaceX, la empresa de Elon Musk ha demostrado que puede haber cohetes reutilizables. Con globos no será posible viajar tan rápido ni a tanta distancia, pero, como no será necesario gastar tanta energía los costes y los precios será más bajos.

 base espacial

 

Como reconoce el reportero citado, “subir a 30 o 40 kilómetros de altitud [altitud, no, distancia], ver nuestro planeta desde allí arriba, es una experiencia que muchos querrían tener y el ingeniero español está convencido de que será así en pocos años. Una experiencia que puede ayudar a cambiar el punto de vista sobre el mundo y sus problemas, porque desde el espacio ‘no se ven fronteras’ y nos damos cuenta de que ‘el planeta nos pertenece a todos y también nos pertenece también el deber de protegerlo’.

 

Ahora tan solo falta un nuevo Thomas Cook, el que funde la primera empresa productora de turismo espacial o cósmico. Las expectativas de alta rentabilidad son obvias.

 

 

 

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