Martes, 13 Febrero 2018 12:17

¿Es Verdad que Asturias es un Paraíso Natural?

¿Es Verdad que Asturias es un Paraíso Natural?

Francisco Muñoz de Escalona

 

 

 

 

 

 

No cabe la menor duda de que el Principado de Asturias es una comunidad autónoma de singular belleza paisajística. Se comprende, por ello, que sus gobernantes, para fomentar la llegada de visitantes, hayan buscado eslóganes que se basan en esa belleza. Ha tiempo que, en el concurso convocado para elegir el eslogan más eficaz por su fuerza de llamada, su gobierno adoptó el de “Asturias es diferente”. Poco después se decidió se desechó y se sustituyó por el actual: “Asturias Paraíso Natural”. Reconocer que este goza de generalizado reconocimiento es una obviedad innecesaria. Se emplea tanto que ha conseguido consolidarse hasta el punto de que hoy funciona más como afirmación indiscutida que como frase publicitaria.


Y ello a pesar de que cualquier observador por torpe que sea llega a percatarse de que el eslogan expresa una falsedad abrumadora. Qué duda cabe de que la base del paisaje asturiano viene dada por la naturaleza. Su abrupta orografía salpica a la región de valles de una notable belleza. Sus montes, algunos harto escarpados, jalonan la superficie ofreciendo masas boscosas muy gratas a la vista. Pero, incluso entre ellas destacan prados generalmente siempre verdes en los que pasta el ganado vacuno y caseríos que delatan una indiscutida presencia antrópica. Por ello, ese observador saca una conclusión inmediata y, a veces, automática. Y es esta: Asturias es una región que, como afirmaba Ortega y Gasset del hombre, no tiene naturaleza, tiene historia, es decir: tiene cultura, y entre ella, cultivo. Los astures ocuparon la tierra desde tiempo inmemorial y, ocupándola, la transformaron incluso orográficamente.


Solo faltaba que tanta evidencia fuera confirmada por la investigación científica, la que llevó a cabo hace algunos años un joven universitario salense, David González, en su tesis doctoral, quien sostiene en su estudio, centrado en el Occidente, que la región «se moldeó con el esfuerzo y trabajo de la gente del campo»

 

Asturias

 

Su tesis doctoral defiende que el paisaje asturiano es consecuencia de la acción humana. «El paisaje asturiano hay que entenderlo como un paisaje cultural frente a la idea extendida de que tenemos un paraíso natural». Esta es una de las conclusiones de su tesis, defendida en la Universidad Complutense de Madrid, bajo el nombre 'Poblamiento y Antropización del Occidente de la Cordillera Cantábrica durante la Prehistoria reciente: una aproximación desde la Arqueología del Paisaje', y que mereció la calificación de sobresaliente cum laude por unanimidad.

 

En ella, el nuevo doctor analiza la evolución del paisaje a lo largo de la Prehistoria reciente, desde el Neolítico hasta la conquista romana, y sostiene que se trata de un periodo de tiempo más largo que el que habitualmente se estudia en arqueología porque su intención no era otra que «entender las conexiones que se establecen entre las comunidades humanas y su entorno en diferentes momentos».


Es así como pone de manifiesto que, al analizar esas relaciones, el profundo componente cultural del pretendido 'Paraíso Natural' que tan alegremente relata el eslogan publicitario. «La realidad es que el aspecto de nuestros paisajes rurales es, sobre todo, consecuencia de la actividad humana a lo largo de mucho tiempo», señala David González.

 

La actividad agrícola pero sobre todo ganadera se inició en Asturias hace la friolera de 6.000 años y fue la que determinó la configuración de los paisajes de montaña en Asturias. El proceso de deforestación generó y sigue generando los espacios agrarios y los prados que llaman la atención del observador, proceso en el que intervino de forma destacada la sedentarización de las comunidades humanas hace unos 2.800 años, cuando se establecieron los primeros castros, dando origen al peculiar y característico paisaje en mosaico salpicado de quintanas y cabañas.

 

Una de las principales conclusiones de la tesis es que «el paisaje asturiano se ha moldeado con el esfuerzo y el trabajo de la gente del campo», quienes han sido a lo largo de generaciones, «ya desde el Neolítico, los principales vectores en la modelación del aspecto y las características de los paisajes rurales, que en la actualidad son inseparables de la identidad asturiana».

 

No cabe, pues, la más mínima duda: En Asturias, como no podía ser de otra forma, el paisaje ha sido moldeado por sus pobladores, por el paisanaje, en franca y completa contradicción con el manido y falso eslogan que las autoridades y el empresariado asturiano difunden. Publicidad, sí. Márquetin, también. Pero sin mentir.

 

 
 

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