Lunes, 19 Febrero 2018 17:25

Inventario de Lugares Comunes del Turismo

Inventario de Lugares Comunes del Turismo

Francisco Muñoz de Escalona

 

 

 

 

 

 

A fines de 2009, Jorge Ramón González y Anaís Laffita Reverón publicaron en la revista Turydes un artículo titulado Apuntes sobre la ciencia del turismo. El interés de dicho artículo responde a que aporta, de forma clara y expedita, un verdadero inventario de los abundantes lugares comunes que infestan la llamada ciencia del turismo. Muy sucintamente, este artículo aspira a desgranarlos al tiempo que los invalida.

 

1. La ciencia del turismo.Esta es la alta consideración que la comunidad de turisperitos otorga a un corpus dominado por la mezcla de disciplinas aplicadas al estudio del fenómeno social de la masificación de los viajes de vacaciones. Llamar ciencia a una descripción de la conducta de quienes hacen esos viajes y de los bienes y servicios que consumen esos viajeros supone usar el concepto de ciencia de un modo extraordinariamente amplio como se verá más adelante

 

2. La supuesta juventud del fenómeno. Esta afirmación implica creer que los viajes por placer son muy recientes, pero un ligero repaso a la historia de los desplazamientos por motivos autónomos muestra que estos se vienen haciendo desde que, una vez conquistada la sedentarización, surgieron núcleos permanentes de población y, progresivamente, aumentó la riqueza concentrada en pocas manos.

 

3. La llamada ciencia del turismo es multidisciplinar.Si tal afirmación fuera cierta ello equivaldría a la existencia no de una ciencia del turismo sino de varias ciencias dedicadas a su estudio. Pues bien: todas ellas adolecen de basarse en una elemental descripción de consumidores desplazados y de oferentes dedicados a satisfacer sus necesidades.

 

4. Un gran porcentaje de los trabajos realizados se refieren al área de gestión desde un enfoque económico olvidando las relaciones sociales, pero lo cierto es que en toda la bibliografía disponible prima el enfoque sociológico sobre el económico

 

5. Las investigaciones del turismo deben promover nuevos enfoques conceptuales y metodologías adecuadas para abordar el objeto de estudio de las investigaciones, pero lo cierto es que no se admiten esos nuevos enfoques si obvian el sociológico

 

6. El turismo es una realidad compleja. En absoluto es más compleja que cualquier otra. Su tan cacareada complejidad es una consecuencia inevitable de su enfoque descriptivo

 

7. El turismo es un objeto de estudio complejo. Su complejidad es, de nuevo, consecuencia ineluctable de llevarse a cabo en ausencia de una concepción capaz de identificarlo en sí mismo, no en función de quien lo practica.

 

8. El turismo es un fenómeno social.Pero no solo social. Enfatizar en su dimensión social lleva a olvidar lo que es en sí mismo como objeto identificable de forma clara y precisa.

 

9. El turismo cuenta con un corpus teórico-metodológico coherente.Es justo lo contrario. Como los que lo estudian se pierden en enumerar lo que hacen unos, los turistas, lo que ofrecen otros, los que producen para los turistas y lo que reglamentan las administraciones públicas, se ven en la necesidad de acudir a un heterogéneo conjunto de disciplinas dispares. No tienen en cuenta que los turistas consumen algo de lo que no se percatan: un programa de visita con contenido.

 

10. Cuando se estudia el turismo hay quien dice que se cae en la irresistible tentación de lo pragmático y lo empírico. Es justo todo lo contrario. Es obvio que en lo que se cae es una mera y engorrosa descripción de acciones de unos y de otros en ausencia de una premisa esclarecedora, el programa de estancia con contenido antes citado.

 

11. La ciencia del turismo como construcción participativa. Este es un lugar común que recién empieza a abrirse camino como fruto del proceso marcado en el punto anterior. Y ello es así porque, como dicen los autores del artículo que nos sirve de vehículo expositivo, “los anteriores ejes imponen retos que deben ser compartidos por la academia, la industria y el negocio del turismo, lejos de azuzar las contradicciones, se impone el diálogo entre los investigadores y los gestores turísticos”. Y añaden a continuación: “Por una parte, la industria debe dedicar mayor presupuesto a proyectos de investigación -no necesariamente de gestión económica- y a la formación; por la otra, los investigadores deben comprometerse a entregar resultados de investigación que armonice la teoría y la práctica y sean deseados y colaborativos con la industria y demuestren que contribuye a aumentar su competitividad”. La idea queda redondeada en la frase que citamos a continuación:

 

“Las investigaciones deben ser un espacio de participación de los gestores turísticos con los investigadores en un proceso de investigación-acción. La propia multidisciplinariedad del turismo debe impulsar el surgimiento de nuevas asociaciones profesionales como otra forma de crear espacios de confluencia”.

 

12. A modo de resumen y conclusión, González y Laffita, están convencidos de que “la exposición realizada parte de la caracterización de las etapas evolutivas del turismo y como la ciencia lo ha concebido, y reconoce algunas tendencias que sirven de retranca al desarrollo de su ciencia. Como ejes de transformación de la ciencia del turismo se plantean las siguientes miradas:


• mirar desde la complejidad de su objeto de estudio,
• mirar como fenómeno social,
• mirar hacía la construcción de un corpus teórico-metodológico coherente y
• mirar para conllevar a su construcción participativa.

 

Para remachar aún más tanto sus planteamientos como nuestro inventario de lugares comunes, González y Laffitta pontifican lo que sigue:


“Las propias contradicciones del desarrollo del turismo y de su ciencia serán las fuerzas catalizadoras que lo configuraran en teoría y práctica en busca de su ciencia para direccional su desarrollo, mientras tanto es una ciencia dispersa que tantea en variados campos las respuestas a sus interrogantes, sin llegar a clausurar el debate sobre su singularidad, bifurcada por el incremento creciente y dispar de contribuciones dada su complejidad”.


No tiene nada de extraño que nosotros hiciéramos el siguiente comentario al criticado trabajo:

 

Señores González y Laffita: he leído su trabajo y lamento tener que decirles que poco o nada han logrado ustedes asimilar en esta materia. Me gustaría convencerles de que cuanto antes se ponga usted a pensar por su cuenta, olvidando la maraña que la incompetencia ha ido tejiendo en su seno antes se convencerán ustedes de que eso de la complejidad del turismo es un mito que no se sostiene más que porque a nadie le interesa desmontarlo; antes al contrario, hay ingentes intereses que obran en su mantenimiento. ¿Sabe usted por qué? Pues porque es una forma de aumentar la maraña en beneficio de la consecución de créditos y otras canonjías academicistas. Sinceramente reciban un saludo afectuoso, pero con el ceño fruncido por haber leído lo que ustedes escriben.

 

Fuente: Apuntes sobre la ciencia del turismo. Jorge Ramón González y Anaís Laffita Reverón. En TURyDES Vol 2, Nº 6 (noviembre/novembro 2009)

 

 
 

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