Este año se han cumplido 40 años (los primeros 40) de la más importante feria especializada en el turismo español e hispanoamericano. Con el paso de los tiempos, se han ido incorporando otros países, intentando promocionar sus destinos hacia un público con ansias de viajar y cada vez con más posibilidades. Ahora, con 40 años, los países presentes vienen de todos los continentes, en todos los idiomas, y de todas las culturas.
Cada año es una alegría y una satisfacción volver a encontrar los colegas profesionales de toda la vida. Siglos de experiencia en viajes, al alcance de una conversación directa y cercana. Cada país desea promocionar sus atractivos, y es frecuente constatar que los destinos expositores tienen dificultades para apreciar lo que a los visitantes forasteros les llama la atención. Y pienso que eso es lo primero que deberían averiguar los destinos, en relación a sus productos.
Hay algunas cosas que a un forastero sorprenden, mientras que a un residente local les pueden parecer anodinas, peligrosas, aburridas, o sin ningún interés. Hay muchos casos en la historia del turismo en el que los forasteros son los que han dado valor a espectaculares atractivos naturales o monumentos parte de la historia, y que posteriormente han sido muy exitosos en la generación de mejoras sociales y económicas en todos los lugares, por remotos que estén.
Es por esto mismo que volvemos cada año a Fitur, para aprender nuevas cosas, y consolidar los principios de siempre, de toda la vida. Nuestros colegas nos enseñan a explorar nuevas cosas, pero siempre manteniendo los principios clave de una seria y responsable relación entre proveedor y cliente, respetando la integridad de cada atractivo, disfrutando de experiencias sorprendentes y agradables. Visto los positivos resultados de esta edición, programo desde ahora volver en el 2021.
El turismo es curiosidad en movimiento.
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